El fútbol es un deporte imprevisible. La moral y la autoconfianza son en muchas ocasiones más importante que la calidad técnica de los jugadores. El Cádiz CF, desde que volviera a Segunda División, había sido un equipo que con la garra, el coraje y sabiendo que era capaz de lograr lo que se proponía, vencía a los rivales, muchas veces superiores en calidad técnica, ya que el equipo no es uno de los que tenga un mayor presupuesto.
En el encuentro del pasado fin de semana, vimos la mejor versión ofensiva de toda la temporada, cinco goles en veinticinco minutos, anotados por cinco jugadores distintos: Correa, Lekic, José Mari, Salvi y Vallejo. Tras una serie de partidos de bajo nivel, los jugadores parecen haber recuperado la chispa necesaria en la categoría.
Para empezar, en la portería, donde Cifuentes viene realizando varias paradas de mérito, evitando que la diferencia con el Elche al descanso fuera mayor. Sergio Sánchez ha aportado además la jerarquía necesaria a un club que la temporada pasada fue el menos goleado de la categoría.
Otro jugador que parece volver a ser el que fuera temporadas atrás es Salvi. Su gran segunda parte, con gol incluido, hace que muchos quieran volver a verle en el once titular. Ha recuperado la velocidad y el desborde que había caracterizado su juego.
Vallejo y Lekic empiezan a marcar las diferencias. El canterano marcó un auténtico golazo contra el Lugo, y contra el Elche marcó el quinto. Ya lleva cuatro goles en la temporada y no parece que tenga techo. Mientras que el delantero serbio lleva anotó el segundo gol cadista, y abrió la lata contra el Espanyol en la Copa del Rey.
Cervera necesita la mejor versión de todos, otros como Brian, Carmona y José Mari empiezan a dar indicios de una mejoría, que si se llega a producir, harán que el Cádiz CF vuelva a estar en los puestos altos de la tabla.