La Guardia Civil ha llevado a cabo diferentes acciones en beneficio de diferentes colectivos en las provincias de Cádiz, Murcia y Zamora
a Guardia Civil ha llevado a cabo diferentes acciones en beneficio de diferentes colectivos en las provincias de Cádiz, Murcia y Zamora con el reparto de alimentos, material sanitario y escolar, enmarcadas dentro de las misiones que tiene encomendadas desde que se decretara el estado de alarma.
En un comunicado, la Benemérita ha señalado que los integrantes del Servicio Marítimo Provincial, con sede en Cartagena, tuvieron conocimiento, a través de la dirección de un colegio de Los Barreros, de las necesidades perentorias de una familia cuyos hijos cursaban estudios en el centro, dos de los cuales habían contraído el coronavirus.
Los agentes conocieron que la familia se encontraba en una situación de extrema necesidad, por lo que se dirigieron a un establecimiento comercial del municipio para adquirir alimentos y productos de higiene.
Por tal motivo, se entrevistaron con el gerente de una cadena de supermercados que, de forma altruista, colaboró añadiendo a lo que los guardias civiles ya habían comprado, otros productos para abastecer a la familia de comida y efectos de higiene para dos semanas, todo lo cual fue trasladado por los agentes hasta el domicilio familiar.
Igualmente, en la pedanía cartagenera de Tallante, en el marco de los servicios dirigidos a la protección de los colectivos más vulnerables, la Guardia Civil contactó con las religiosas de la congregación de las Carmelitas Descalzas que residen en el Monasterio de San José, sito en el paraje de Valdelentisco, para conocer sus necesidades.
En el convento residen ocho monjas de clausura de avanza edad, en una zona alejada del núcleo de población, que, al tratarse de un colectivo de riesgo y ante el temor a contraer el virus, no habían ido a la sucursal bancaria donde perciben su dotación mensual, por lo que carecían de dinero para hacer frente a los pagos diarios de alimentación y sustento.
Valorada esta necesidad, la Guardia Civil acordó facilitar dicha tarea recogiendo la tarjeta bancaria de la congregación para realizar el reintegro del importe solicitado en la sucursal más cercana.
Los agentes han atendido las necesidades de este colectivo desplazándose, hasta en dos ocasiones desde que se dictara el estado de alarma, al convento para entregar, a manos de la madre superiora, el dinero en efectivo solicitado.