El periódico británico The Sunday Times revela en su edición de ayer que ese fue el dinero que se quedó Kevin Halligen, un consultor británico en materia de seguridad, del total de 500.000 libras que recibió de los McCann para que investigara la desaparición de la niña con la ayuda de varios detectives privados.
Pero el dinero no fue empleado para buscar a la niña, según un amigo no identificado de Kate y Gerry McCann que es la fuente principal de esta información y que asegura que el matrimonio ha expresado su preocupación por el comportamiento de Halligen.
“Les prometió la Luna, pero todo resultó en nada”, dice este amigo de los McCann, que asegura que cuando el empresario ofreció sus servicios intentaba dar “una imagen de intriga y misterio, actuando como si fuera un espía al estilo James Bond”.
El Times informa de que la fundación que gestiona el dinero para la búsqueda de Madeleine McCann contrató los servicios de Oakley International, la empresa de Halligen radicada en Washington.
Fuentes próximas a este empresarios explicaron que Halligen aseguró a los McCann que les proporcionaría imágenes de satélite y listas de las llamadas telefónicas realizadas la noche que desapareció Madeleine para tratar de encontrar a los autores.
El supuesto agente secreto dijo a los representantes del matrimonio que la información se la facilitarían sus contactos en la capital estadounidense, pero que en última instancia lo único que aportó fue “una imagen tomada de Google Earth”.
Oakley International también contrató los servicios de otros expertos, como el ex jefe de operaciones secretas de la Policía británica, Henri Exton.