La línea de Arqueología Náutica y Subacuática de la Universidad de Cádiz continúa estos días con las investigaciones sobre el patrimonio subacuático de la Bahía de Algeciras, en el marco del proyecto Herakles (FEDER-UCA18-107327), cofinanciado por el Programa Operativo FEDER 2014-2020 y por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía. Los trabajos han contado con la colaboración de la Armada Española, a través del Instituto Hidrográfico de la Marina (IHM) y de su buque, Malaspina, que ha puesto a disposición del proyecto medios tecnológicos y humanos para un mejor conocimiento del fondo marino costero. En el proyecto también colaboran la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, el Ayuntamiento de Algeciras a través del Museo de Algeciras y el Parque Natural del Estrecho.
Hay que destacar el inestimable aporte de los medios técnicos de la Armada poniendo a disposición de los investigadores una sonda multihaz y los técnicos para su uso, que ha permitido obtener un mapa tridimensional de gran detalle del fondo marino y cubrir un área de más de 10km2 de extensión.
La Bahía de Algeciras conserva numerosos pecios y restos materiales de una larga historia marítima bajo sus aguas. Naufragios de la segunda guerra mundial, batallas navales del siglo XVIII para la toma del Peñón de Gibraltar, mercantes de época medieval, romana o incluso fenicia, reposan bajo sus aguas.
En la colaboración con el IHM se ha obtenido este mapa 3d submarino en el que ahora se pueden identificar “anomalías” o elementos que destacan sobre la profundidad del mar. Muchos de ellos pueden ser o son restos arqueológico, según han explicado los investigadores del proyecto.
En el marco del Herakles, activo desde mayo de 2020, se investiga, documenta, comunica y pone en valor el rico patrimonio sumergido de esta zona gaditana. El principal objetivo es realizar un primer catálogo e inventario detallado del patrimonio conservado y evaluar su estado de conservación, involucrando a las partes responsables de su gestión y protección.
Los datos obtenidos con la sonda multihaz son “de gran valor, no solo para el conocimiento de la morfología del fondo marino, sino por el nivel de detalle que alcanza el equipo usado, con resolución centimétrica del fondo marino. Así obtenemos una imagen tridimensional del mismo en el que se identifican anomalías, es decir, alteraciones en la morfología del fondo marino que pueden ser restos arqueológicos, o simplemente una roca”, ha detallado Felipe Cerezo, director científico de la campaña y el co-IP del Proyecto junto a la catedrática de la UCA, Alicia Arévalo, del área de Arqueología. Por eso, ha recalcado la gran importancia que tiene poder continuar con el proyecto en los próximos años, para poder “hacer inmersiones o comprobaciones con ROV’s (robots submarinos) y saber qué tipo de elementos hemos encontrado”.
Los trabajos de campo se han realizado a finales del mes de septiembre y en los próximos meses – hasta la finalización del proyecto en marzo de 2023 – se seguirá investigando con los datos obtenidos en el Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la UCA.