Algeciras cumple hoy con una de las grandes tradiciones de la ciudad, el arrastre de latas, con miles de niños participando en una cita que ha dado comienzo en la Plaza Andalucía.
Allí se han exhibido las esculturas de latas premiadas este año, con primer premio para un enorme camión elaborado por Pepe Navarro. Desde la plaza han partido miles de personas en dirección al Llano Amarillo, donde se concentrarán para esperar la llegada de los Reyes Magos.
Un estruendo de tintineos ha acompañado a los participantes en su camino hasta la zona portuaria por la céntrica avenida Blas Infante, donde ha quedado patente un año más que esta tradición goza de gran aceptación entre los menores algecireños.
El origen de esta tradición se debe a que, cuando el día 5 enero se presentaba con niebla en Algeciras, los menores algecireños ataban a una cuerda ristras de latas, sartenes viejas y otros elementos metálicos para arrastrarlos y generar ruido para llamar la atención de los Reyes Magos y pudiesen así localizarlos y entregarles sus regalos.
Esta tradición se remonta al año 1900, según la Asociación de Emprendedores del Patrimonio Algecireño (AEPA 2015), que ha solicitado al Ayuntamiento de la localidad en los últimos días la autoría y antigüedad de esta tradición, que cumpliría así 125 años en su próxima edición.
Según explica AEPA 2015 en una nota, han aportado documentos que acreditan ese origen, lo que supondría que esta tradición es incluso más antigua que la de tomar las doce uvas en Nochevieja, que se implantó en 1909.
Explican que incluso existe una cita en un libro publicado en 2005, que alude a una publicación del año 1901 del semanario “La Revista” en la que se solicita la supresión del arrastre de lata por resultar molesto para los vecinos.
Si bien esta tradición fue cayendo en el olvido con el paso de las décadas, a finales de los años noventa del pasado siglo se retomó y ha vive en la actualidad un importante auge, con miles de participantes cada año en Algeciras y ha sido adoptada en otras localidades cercanas.
Igualmente, se organizan concursos de esculturas de latas y se exhiben las obras más elaboradas para que los vecinos de la ciudad puedan contemplarlas antes de que el arrastre de la víspera del día de Reyes las deje maltrechas.
Un cuento escrito en 1998 por Juan Ignacio Pérez atribuía al malvado gigante Botafuegos el hecho de generar la niebla que cubría la ciudad para ocultarla de la vista de los Reyes Magos, basándose en esa tradición del arrastre de latas.
A raíz de esa historia han surgido no sólo la publicación de dicho cuento, sino un videojuego, un cortometraje e incluso una obra audiovisual en un espacio infantil de RTVE, además de servir de inspiración para diversas actividades en la ciudad.
