La tramitación judicial del asesinato, ocurrido el 9 de febrero de 2010 en la calle Trainera, de la barriada de San García, de un súbdito argelino -otras fuentes apuntan a que podría ser sirio- de 43 años en la misma puerta de su casa ha desembocado, al fin, en el señalamiento de la vista oral, según confirmaron ayer fuentes judiciales.
La Sección algecireña de la Audiencia Provincial verá este caso en cinco sesiones, la primera de ellas prevista para el 19 de septiembre, en la que se oirá a los acusados; y las siguientes entre los días 23 y 26 del mismo mes.
En total, y según informaron fuentes judiciales, 10 personas de varias nacionalidades (españoles, portugueses, marroquíes y argelinos, según indicó en su momento la Policía Nacional) se enfrentarán a penas de 20 años por asesinato, cuatro años y seis meses por delitos contra la salud pública y otros dos años por robo con violencia. Más de 25 años, en cada caso, ya que por ahora no está clarificada la autoría material del crimen, de la que podrían estar acusándose unos a otros, según las fuentes. Algunos están ingresados en la prisión algecireña de Botafuegos, y otros en penales más alejados, como la prisión sevillana de Morón.
Antecedentes
El asesinato de la calle Trainera tuvo lugar el 9 de febrero de 2010. Desde el primer momento, las investigaciones efectuadas por el Cuerpo Nacional de Policía calificaban el crimen como un ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico.
En este contexto, fuentes consultadas en su momento por
EL FARO INFORMACIÓN, semanario de esta casa, indicaron que la víctima había sido condenada recientemente por un delito de narcotráfico y otro de tenencia ilícita de armas. El tiroteado, que había estado en prisión preventiva, esperaba la ejecución de su sentencia en el momento de ser asesinado, por lo que se esperaba que entrara en la cárcel.
De igual modo, la víctima contaba supuestamente en su poder con documentación falsa, lo que habría dado lugar a que, en un primer momento, se indicase que era libanés. Al comprobase los antecedentes penales que le pesaban, se habría constatado su auténtica nacionalidad.
En su huida, los presuntos asesinos arrollaron varios coches estacionados en los aledaños de la calle Trainera, e incluso habrían encañonado y amenazado a algunos peatones antes de escapar.
Ya en enero de 2012, casi dos años después del asesinato, la Policía Nacional daba por cerrada la operación. En un primer momento, se detuvo a cuatro integrantes de una organización de la que supuestamente formaba parte el fallecido, y que se dedicaba, según la información aportada, a introducir grandes cantidades de hachís desde el Norte de África.
En una segunda actuación, se detuvo a los otros seis acusados, pertenecientes a un clan conocido como Los Granaínos, afincado en Sevilla, cuyos componentes son de etnia gitana y de nacionalidad hispano-portuguesa. Se consideraba líder de la organización a F.R.R. de 56 años, apodado El Granaíno, autor de otro homicidio anterior y de quien se cree que habría dado la orden de disparar.