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Lunes 18/11/2024
 

Campo de Gibraltar

Cásper declara que la nave que tenía en Algeciras era para importar componentes para la TDT

Reconocer haber cometido \"delitos de guante blanco\", pero niega los secuestros y torturas

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Ángel Suárez Flores, alias Cásper, ha reconocido hoy haber cometido "delitos de guante blanco" pero ha asegurado que no participó en secuestros, malos tratos, operaciones de narcotráfico y otros hechos por los que la Fiscalía pide para él 105 años y seis meses de cárcel.

La Audiencia Nacional ha iniciado hoy el juicio de Cásper por una veintena de delitos como dirigente de una organización extremadamente violenta que se dedicaba a robar a narcotraficantes entre 2009 y 2011, año en el que fue detenido, una vista en la que se sientan en el banquillo otros 25 acusados.

Cásper ha negado los secuestros, malos tratos y amenazas a personas que supuestamente le debían dinero que le ha atribuido la fiscal y ha comentado: "Aunque tenga una cara seria y muy mala, no soy antisocial", y ha asegurado que sus reuniones para reclamar dinero fueron "sin pistolas" y "en lugares públicos y agradables y nunca a escondidas".

"He cometido delitos de guante blanco pero no soy especialista en secuestros ni malos tratos y solo se me ensució mi nombre por el encubrimiento del intento de homicidio del abogado Emilio Rodríguez Menéndez -de lo que fue absuelto-, pero nunca participé en un hecho violento", ha apostillado Cásper, que ya fue condenado por robar obras de arte de la vivienda de la empresaria Esther Koplowitz.

Cásper ha negado que fuera el cabecilla de una peligrosa organización que cometía secuestros, amenazas, torturas, lesiones, narcotráfico, blanqueo de capitales, falsedad documental y tenencia ilícita de armas que les atribuye la fiscal.

Ha asegurado que en aquella época se dedicaba a negocios de intermediación de importaciones y a otros de tipo inmobiliarios, de compraventa de vehículos y de diversa índole pero ha recalcado: "No hemos hecho nada que se salga de lo normal y de la legalidad".

En concreto, ha explicado que alquilaron un chalet en Manilva (Málaga) y una nave en Algeciras (Cádiz) no para una operación de droga sino para preparar un negocio de importación a España de componentes electrónicos para la televisión digital terrestre procedentes de China, vía Marruecos.

Al comienzo de su declaración Cásper ha explicado al tribunal que aunque está siendo sometido a sesiones de quimioterapia quería declarar y lo ha justificado diciendo: "Me juego mucho de mi vida", y ha añadido que se siente culpable por que otras personas estén sentadas en el banquillo, entre ellas su mujer.

Uno de los 26 acusados, Erik V.P, no ha comparecido en la vista ante lo que el tribunal ha decidido que si no es localizado quedará excluido de esta vista para ser enjuiciado en su caso aparte.

Además, ha permitido que otro procesado, Juan Carlos G.G, pueda ser juzgado sin necesidad de asistir a la vista debido a su grave enfermedad coronaria que incluso le impide declarar.

El abogado de la esposa de Cásper, Stela Liliana L.Ch., ha alegado que está acusada por delito contra la salud pública por el que no fue procesada, pero la Sala ha determinado que debe someterse al juicio y que después se resolverá en sentencia esta cuestión.

Según la Fiscalía, la organización usaba medios "extremadamente violentos", como a los que recurrieron el 18 de diciembre de 2009, cuando varios de sus miembros se hicieron pasar por guardias civiles e interceptaron en Algeciras a un hombre que colaboraba con unos narcotraficantes al que torturaron llegándole a cortar el dedo gordo de un pie con un machete.

Esta víctima les dio el nombre de otro hombre, al que también torturaron, que les facilitó la dirección de un tercero en una casa en Lebrija (Sevilla), que procedieron a asaltar vestidos también de guardias civiles.

Allí usaron barras de hierro para golpear a los narcos de la otra banda, a uno de los cuales le rompieron las dos piernas, las muñecas y varias costillas y le quemaron con un soplete, torturas por las que llegó a perder la conciencia.

Finalmente, la banda consiguió hacerse con un alijo de 211 kilos de cocaína provenientes de Bolivia con un valor de 6 millones de euros, siempre según la fiscal.

El juicio seguirá mañana a las 10 horas en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid).

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