La ya ex patrona mayor de la Cofradía de Pescadores de Algeciras, María Oliva Corrales, ha comparecido hoy en rueda de prensa para explicar la situación que llevó ayer al cabildo de la entidad a votar la desaparición.
Corrales presentó su dimisión en este encuentro y los afiliados decidieron la disolución de la entidad al no poder hacer frente a las deudas que tiene la entidad.
La mayor, como ya adelantó ayer la patrona mayor, es una de 389.000 euros con la Seguridad Social, que conlleva el embargo de las cuentas de la entidad. La puntilla la puso una deuda de 48.000 euros inaplazable del Instituto Social de la Marina que asumieron gracias a que la APBA adelantó pagos correspondientes a la gestión de la lonja pesquera, por la que la entidad percibe 20.000 euros mensuales.
Sin embargo, dicho pago necesitaba un aval del que carecía la Cofradía, que no halla otra solución para esta situación.
La patrona mayor ha defendido su labor al frente de la entidad: “Desde que llegué me he ocupado de que todo esté al día. No solo la gestión para los 24 afiliados y los más de cuarenta barcos a los que damos servicio, sino de los pagos pendientes”.
Este mismo mes la Cofradía terminó de pagar los 20.000 euros del coste de la sede actual, adeudados a la APBA. A esos gastos se suma una deuda de 50.000 euros con Hacienda, 34.000 euros, a razón de 1.600 al mes para el anterior secretario de la entidad y un largo etcétera que ha terminado por asfixiar a la entidad.
Ha anunciado que los archivos que se conservan desde los años sesenta serán cedidos al Instituto Social de la Marina.
Igualmente, Corrales ha señalado que “no sé qué ha pasado con el patrimonio que tenía la Cofradía” y, aunque ha eludido culpar directamente a anteriores mandatarios de la entidad, ha admitido que “si hubiésemos tenido recursos para ello hubiéramos pedido una auditoría”.
Además, agradeció a las administraciones y los diversos partidos políticos y entidades que la recibiesen para oírla, pero ha dejado claro que “nadie nos ha ayudado económicamente”.
