Los 34 niños saharauis que han permanecido junto a familias de acogida durante los dos últimos meses partieron ayer por la tarde rumbo a los campamentos de refugiados de Tindouf. La alegría por volver a reencontrarse con sus padres biológicos y la tristeza por alejarse de sus familiares durante este periodo de Vacaciones en Paz provocaron gestos emotivos de unos pequeños que volverán a la dura realidad que ofrece el desierto del Sahara, donde sufren deficientes condiciones de vida.

Un total de 62 días han permanecido en la localidad los niños saharauis que regresan a sus hogares cargados de regalos y, sobre todo, con la sensación de haber disfrutado de una convivencia con sus “otros” familiares. A pesar de ello, la gran mayoría (aquellos que aún no han cumplido los doce años) ya piensa en el próximo verano para volver a disfrutar de un periodo de vacaciones, en el cual no han faltado actividades. Así, desde dos concentraciones a las puertas de los consulados de Marruecos en Sevilla y Algeciras para reivindicar la libre autodeterminación del Sahara Occidental hasta excursiones al parque acuático de El Puerto de Santa María o el pinar público de La Barrosa, los pequeños han compartido experiencias con un grupo de chiclaneros dispuestos a acogerlos como a uno más de la familia.


Largo viaje

Pasadas las 15 horas salieron de la localidad dos autobuses con destino al aeropuerto de Málaga, donde han tomado un avión hasta el norte de África, para posteriormente trasladarse hasta Tindouf.