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Jueves 14/11/2024
 

Campo de Gibraltar

Verdemar denuncia que redes fantasma matan fauna en la Isla de Tarifa

Alertan de su presencia en este espacio en pleno Parque Natural del Estrecho

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  • Redes fantasma. -

Verdemar Ecologistas en Acción ha denunciado la presencia de “redes fantasma que matan fauna marina en la Isla de Tarifa”, en el Parque Natural del Estrecho.

Las redes fantasma, explican los ecologistas, son “todas aquellas redes que los pescadores pierden en el mar, o sencillamente abandonan porque ya no les sirven. A la deriva, provocan un gran impacto ambiental como residuo plástico y con la muerte de especies marinas que quedan atrapadas”.

“Cuando se hace recuento en relación a la pesca para consumo humano, generalmente se queda fuera la cantidad afectada por las redes fantasma. Muchas de esas redes se enredan en los fondos, y acaban atrapando todo lo que se les cruza en el camino”, añaden.

Verdemar recuerda que “la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) denuncian en un informe que las redes, trampas, flotadores y otros aparejos de pesca que se rompen, abandonan y pierden como consecuencia de tormentas o quedan atascadas en áreas donde hay trampas de fondo, constituyen un 10% de los residuos marinos, es decir, unas 640.000 toneladas”.

Además, estas redes fantasma, explican desde Verdemar, “capturan y matan cada año miles de peces, tortugas, aves y mamíferos marinos mucho tiempo después del final de su vida útil, ya que al estar compuestas por materiales sintéticos pueden durar más de 500 años”.

Estos restos, concluyen, “además de tener un impacto sobre el medio ambiente marino, afectan a la navegación marítima y la actividad pesquera. En la actualidad, prosigue el informe, las peores afectaciones se deben a las llamadas redes de agallas, en las que el borde inferior es anclado al suelo marino y se elevan con flotadores colocados en su borde superior. Una vez desplegadas, forman una pared vertical que llega a medir varios kilómetros de largo que, si se pierde o abandona, puede «seguir pescando sola meses y años”.

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