Atletas procedentes de distintos lugares se entremezclaron en la mañana del domingo para celebrar una competición con mucho arraigo histórico en la costa noroeste gaditana: la Media Maratón Costa de la Luz que, en esta ocasión, coincidiendo con el cumplimiento de su 37º aniversario, volvió a poner en relieve la unión entre dos pueblos hermanos como son Rota y Chipiona. Hasta
328 corredores en total formaron parte de una carrera que se presentó en esta nueva edición con varios cambios como la introducción de tramos novedosos en un recorrido que discurrió por
algo más de 20 kilómetros, o la ubicación de la línea de meta en el Castillo de Luna roteño, a diferencia del año pasado cuando la competición culminó en Chipiona. La salida, por el contrario, estuvo colocada esta vez en el paseo marítimo, en un enclave ideal junto a la imponente presencia del faro chipionero, ante la
imposibilidad de situarla en su tradicional emplazamiento en el Parque Público Blas Infante a causa de la celebración de la Feria del Moscatel.
La climatología, un factor diferencial en una carrera de atletismo, acompañó en todo momento, aunque, a medida que transcurrió el tiempo,
las temperaturas cada vez más elevadas hicieron acto de presencia sembrando un ambiente de bochorno que mencionaron muchos participantes en sus impresiones posteriores a la carrera, como
Pedro Garrido, el roteño que terminó imponiéndose con un tiempo récord de 1 hora y 11 minutos. El malagueño Cristóbal Ortigosa finalizó como subcampeón, mientras que el chipionero
Fran Caraballo completó el podio de una carrera en la que los anfitriones realizaron un papel realmente destacable: el chipionero Samuel Lorenzo se hizo con un meritorio quinto puesto y el roteño Manuel Alcántara acabó como séptimo.
En categoría femenina, venció
Celia Romero (Club Punta Umbría)- 23ª clasificada en la general-. Le acompañaron en el podio Cristina Resinas, del Club Desam, y María José Ruiz-Mateos.