Las subidas continuas de precios cogen a las familias cordobesas con los cinturones ya apretados. Asociaciones de comerciantes de la alimentación confirman el encarecimiento que, en líneas generales, los productos están registrando en los últimos meses y explican que esta situación está llevando a una bajada de las ventas, al cierre de negocios y ajustes de actividad.
Y es que
la inflación en la provincia de Córdoba es
una de las más altas de España precisamente en una de las zonas con los
salarios más bajos de todo el país. Esto está provocando un fenómeno masivo del que es imposible escapar: mes a mes, miles de trabajadores ven como su salario cada vez les cunde menos.
Esto provoca que la capacidad adquisitiva se reduzca de la misma manera si no se producen incrementos salariales, algo que no está ocurriendo en el corto plazo. Los trabajadores bajo convenio laboral en muchos casos verán incrementos salariales ya en 2023, si han conseguido negociar con sus empresas. Y todos esos convenios se están negociando en cifras que siempre están siendo inferiores al Índice de Precios al Consumo (IPC). Es decir,
aunque cobren más, los trabajadores cordobeses serán más pobres.
Según datos de 2021, los trabajadores y autónomos cordobeses cobran un salario anual de 14.889 euros. Eso son 1.240 euros al mes.
La inflación se está comiendo prácticamente 140 euros todos los meses. Es decir, con el mismo salario, un trabajador tiene que gastarse 140 euros más cada mes si quiere mantener su nivel de vida. Eso provoca que en términos relativos, miles de trabajadores se estén convirtiendo técnicamente en mileuristas y en que el salario no les llegue a final de mes.
Lo mismo está ocurriendo con los
pensionistas cordobeses, que ven mermada su capacidad adquisitiva. Eso sí, no es el caso de las pensiones mínimas. El Gobierno aprobó un incremento del 15% para el 2022. En el caso de Córdoba, esos pensionistas están teniendo un levísimo margen de mejora. De los 60 euros al mes más que están cobrando los jubilados con pensiones mínimas, la inflación se ha comido ya prácticamente 45 euros. En la práctica, estos pensionistas que ya eran pobres tienen ahora un margen de apenas 15 euros más al mes de lo que disponían antes del estallido de la inflación.