Aún quedan cinco partidos para que se clausure la temporada en la Liga Guerreras Iberdrola. Sin embargo, los dos siguientes que tiene en la agenda el Adesal pueden tener un carácter casi definitivo si consigue adueñarse de los cuatro puntos en juego. Serían un paso casi definitivo en sus aspiraciones de seguir entre las mejores del balonmano español.
Para empezar, mañana se mide a las 20:00 horas al San José Obrero. El equipo de Lanzarote se presenta en Córdoba con la intención de recuperar el estatus de salvado que tenía cuando comenzó la segunda fase de la competición. Pero una dinámica de tres derrotas consecutivas le presentan en la cita ante el Adesal como el primero de sus partidos al límite.
Por el contrario, el Adesal llega a la cita crecido y lanzado. Crecido, porque se ha demostrado que es capaz de hilar tres triunfos seguidos que le han sacado de la zona de descenso. Y lanzado, porque la costumbre de ganar le ha hecho hacerlo con autoridad en los precedentes ante el Zuazo o el Puerto del Carmen, pero también exprimiéndose hasta el último segundo, como ocurrió en el partido contra el Pereda, cuando un gol de Camila Bonazzola le dio un triunfo que le hace defender por segunda semana su condición de equipo de la máxima categoría.
Será, como ha ocurrido en otras tantas ocasiones en lo que va de temporada, un partido de reencuentros. Y es que la chilena Alicia Torres volverá a pisar la pista de La Fuensanta, donde estuvo hace unas temporadas. Aunque más reciente será el caso de Armina Isic, quien la pasada temporada ayudó a que el San José lograra el ascenso a la máxima categoría antes de que se produjera la lesión en la rodilla. Mañana, por supuesto, su misión será la contraria.
Para la próxima semana, el Adesal volverá a jugar un partido igual de trascendental contra el Zuazo. De ganarlo, tendría muy cerca el objetivo del curso. Pero para eso quedan muchos días, aunque con la misma ventaja de echar mano del comodín que supone jugarse la permanencia en casa.
