El cantaor Miguel Poveda acaba de llenar dos noches en la XX edición de Flamenco Festival Nueva York, un nuevo hito en su prolífica carrera, aunque ha asegurado que, a pesar de atesorar continuos éxitos, mantiene intactas “las ganas de seguir creciendo a todos los niveles”.
En una entrevista con Efe realizada a través de correo electrónico, el cantaor barcelonés que se encuentra en Nueva York afirma que mantiene “las ganas de seguir creciendo y sacando el máximo jugo al aprendizaje que te regala esta profesión”.
Poveda ha sido el encargado de abrir este festival, organizado por la empresa andaluza Surnames, que se ha retomado tras dos años de parón por la pandemia del coronavirus, y que se celebra desde el 6 al 25 de abril en Nueva York con el desembarco de artistas de primer nivel.
“Mi sueño es conquistar, en el mejor sentido de la palabra, a todos los corazones posibles y poder estar cerca del ser humano compartiendo emociones”, confiesa Poveda, que ha sentido desde escenarios de medio mundo que el flamenco es algo universal, que trasciende de un territorio, con el matiz de que, “sin tener duda alguna de ello, es algo que ocurre desde hace muchos años”.
Una universalidad de la que, según apostilla, hay varios responsables y recuerda la aportación de compañías como las de Antonio Gades, Carmen Amaya o Paco de Lucía, “además de muchos artistas que han enamorado al mundo con su arte y su compromiso”.
En este viaje Poveda ha llevado a Nueva York “un viaje de emociones, que tiene como punto de partida el flamenco tradicional, pero que hace paradas en la poesía de Federico García Lorca o las canciones que escuchaba de pequeño de Rafael de León, entre otros”, ha señalado.
Le han acompañado el maestro Amargós, “que es un genio”, y un elenco de artistas flamencos de primera, y ha asegurado que tiene “mucha suerte de venir a Estados Unidos” con Jesús Guerrero a la guitarra, Paquito González a la percusión, Londro y Carlos Grilo con las palmas y coros y el baile de Choro Molina.
Un festival que, como todo el mundo de la cultura, intenta sacudirse la pandemia para salir adelante y, en este sentido, el cantaor, afincado en la Costa del Sol, apunta que “el ser humano necesita instalarse en la cultura, salir a reconciliarse con la vida y con lo hermoso de este planeta”, aunque mira hacia atrás para explicar que “no es fácil salir de todo lo que hemos pasado y lo que aún ocurre en el mundo, pero estoy seguro de que el camino hacia la cultura nos salvará de todo”.
“La gente necesita ese oxígeno -el de los conciertos en directo- y, por fortuna, parece que la vida vuelve a los escenarios”, por lo que se felicita de su presencia en tierras americanas en la fusión de los artistas más diversos del flamenco actual, mostrando en ellos la diversidad de miradas, lenguajes y formas de entender un arte universal, con una representación tanto del flamenco más tradicional como de algunos de los artistas más innovadores, dando así cabida a vanguardia y conocimiento a través de diversas generaciones.
Actualmente, explica que sus proyectos de futuro no paran tras sacar su nuevo disco ‘Diverso’ y rememora sus noches de encuentro con el público neoyorquino para alegrarse de haber hecho las maletas rumbo a esas citas y presentar “algo de su nuevo trabajo en estos conciertos en América, que también recoge algunos lazos en común con Latinoamérica”.