Antonio Resines ya tiene su nombre en el Paseo de la Torre de la Vega, en una placa que reconoce la proyección del actor torrelaveguense, que el pasado viernes fue también el pregonero de las Fiestas de la Virgen Grande.
El alcalde, Javier López Estrada, y la concejal de Protocolo y Turismo, Cristina García, además del consejero de Turismo, Javier López Marcano, y la directora general de Turismo, Marta Barca, han acompañado este domingo a Resines para descubrir la placa, que se suma a las del coreógrafo y bailarín Javier Castillo 'Poty'; y a la del
cineasta y escritor Manuel Gutiérrez Aragón.
Tras el descubrimiento de la placa, Resines ha recorrido el Paseo de la Torre de la Vega bajo los arcos floreados del Grupo de Danzas
Virgen de las Nieves y junto a un numeroso público, hasta llegar a la escultura, donde ha sido recibido con la interpretación del Coro Ronda Garcilaso y ha recibido una reproducción a escala de la torre.
El alcalde ha destacado lo "merecido" del reconocimiento, y el "deber pendiente" que tenía Torrelavega con Antonio Resines", y ha indicado que cuando llamaron al actor para pedirle que fuera el pregonero de este año, "rápidamente dijo que sí" y les "echó la bronca" porque "nunca le habían pedido nada antes".
"Tenía muchos motivos Antonio para ser miembro de este
Paseo de la Fama torrelaveguense, para acompañar a Poty y a Manuel Gutiérrez Aragón", ha enfatizado el regidor, quien ha detallado que lo primero es "su torrelaveganía", ya que siempre ha dicho de dónde venía, estuviera donde estuviera, estuviese con quien estuviese y estuviesen los torrelaveguenses en una situación mejor o peor". "Gracias Antonio", ha expresado López Estrada.
También ha opinado que "es difícil ser profeta en tu tierra, pero él lo ha conseguido", es uno de "nuestros mejores artistas, ha triunfado en el cine y en la televisión y es una de las caras más reconocidas de la gran y la pequeña pantalla" y más reconocidas por jóvenes y mayores.
Además, el alcalde ha subrayado que Resines ha sido "un símbolo" para el municipio durante estos 30 meses de pandemia, ya que el coronavirus "le ha azotado con fortaleza y él ha conseguido salir de ella con más fortaleza con el apoyo de Ana", su mujer, ha elogiado.
Resines ha dicho estar "muy agradecido" a la Corporación y a su alcalde, y "a toda la gente que pensó que podía ser un buen embajador, pregonero y receptor de una placa que el único problema que tiene es que está en el suelo", aunque ha asegurado que eso "se soluciona rápidamente", porque él se encargará de "traer una cuadrilla y ponerla en una pared", ha bromeado.
"Estoy muy emocionado", ha insistido el actor, asegurando que "el viernes fue "espectacular" ver a tanta gente que le escuchaba como si tuviera "algo interesante que decir", cosa que "no es cierta en absoluto", ha dicho.
Sin embargo, se ha mostrado "alegre" porque la gente de Torrelavega reconozca a la gente que hace cosas por su ciudad, sobre todo
porque "está muy bien la gente que defiende el sitio donde ha nacido y, aunque no viva permanentemente disfruta volviendo a él", ha señalado Resines.
Y es que eso, ha asegurado el intérprete, "es de lo que se trata, con control y con alegría, pero disfrutar", porque, ha recordado, "ya se ha visto que la cosa está un poquito fea últimamente".
Para concluir su intervención ha gritado "Viva la Patrona. Viva
Torrelavega. Muchas gracias", según señala el Ayuntamiento de Torrelavega en un comunicado.
El baile de las Danzas de Tanos y el tema 'Canciones de Torrelavega' del Coro Ronda Garcilaso han puesto fin al reconocimiento a Resines, que después ha atendido a las innumerables personas que querían saludarlo y hacerse fotos con él.
El Paseo de la Torre de la Vega, creado para reconocer a aquellos torrelaveguenses destacados profesionalmente y que llevan el nombre de Torrelavega por donde van, discurre en la calle Serafín Escalante, desde la Plaza de la Estrella hasta la confluencia con Ruiz Tagle la escultura de gran tamaño que lo da nombre. La réplica de la Torre de la Vega realizada por el artista Fran Querol con cuatro puertas que simbolizan el "cruce de caminos de Torrelavega" y que recuerda los orígenes de Torrelavega y la fundación de la ciudad.
