El 4 de marzo es una fecha marcada en rojo en el calendario de Eva González y Cayetano Rivera. Y es que fue ese día, en 2018, cuando llegó al mundo su hijo Cayetano, que acaba de cumplir 5 años. Una cifra redonda que la presentadora de 'La Voz' celebraba días después en un restaurante sevillano rodeada de toda su familia y con la llamativa ausencia del torero, con el que hasta ahora la habíamos visto derrochando buen rollo en momentos especiales para su pequeño, como la función de Navidad de su colegio o la Cabalgata de los Reyes Magos de la localidad de Mairena del Alcor, donde reside.
Un cumpleaños que ha coincidido con la confirmación, por parte de la revista 'Semana', de que el diestro ha recuperado la ilusión con la portuguesa María Cerqueira seis meses después de su separación de Eva.
Disfrutando de una especial amistad a la que por el momento y por prudencia no quiere poner etiquetas -como así ha asegurado su entorno al periodista Antonio Rossi, dejando claro que Cayetano está soltero y en estos momentos no está preparado para comenzar una relación sólida con nadie- el torero recibía una semana antes del cumpleaños de su hijo la visita de la presentadora y modelo lusa en Sevilla.
Una visita muy especial en la que el hermano de Francisco Rivera y María Cerqueira disfrutaron de diferentes planes, como un tentadero en la finca de unos amigos, una comida en una conocida marisquería de la ciudad hispalense o una cena relajada en la que se mostraron de lo más cercanos y cómplices y de la que Europa Press fue testigo en exclusiva.
Volcada en su hijo Cayetano, Eva guarda silencio sobre la incipiente relación que Cayetano estaría comenzando con la popular presentadora portuguesa, aunque la sonrisa con la que se ha dejado ver en los últimos días, y en el cumpleaños del niño, reflejan que ha pasado página y no le importa lo relativo a la vida sentimental de su exmarido.
Radiante con un look informal con vaqueros rotos, deportivas y abrigo jaspeado, la modelo abandonaba el restaurante sevillano en el que celebró el cumpleaños del pequeño -que llevaba una graciosa corona- agradeciendo las felicitaciones para el protagonista del día. En la mano, un gran ramo de flores rojas que prefirió no revelar quién se las había regalado, dejando en el aire si, al igual que Cayetano, ella podría estar de nuevo ilusionada.