Carlos Alcaraz celebró su decimonoveno cumpleaños con una victoria, elaborada y trabajada, ante el británico Cameron Norrie que le llevó hasta los cuartos
Carlos Alcaraz celebró su decimonoveno cumpleaños con una victoria, elaborada y trabajada, ante el británico Cameron Norrie que le llevó hasta los cuartos de final del Mutua Madrid Open y al esperado duelo por público y organización, con Rafael Nadal (6-4, 6-7(4) y 6-3).
Ha salido a pedir de boca la perspectiva prevista con optimismo por los seguidores en cuanto se trazó la configuración del cuadro. Un duelo de generaciones en cuartos y un eventual choque del ganador en semifinales contra el número uno del mundo, Novak Djokovic, que también sobrevive en el evento.
El maestro contra el alumno; el joven frente el mayor, el presente ante el futuro..un cara a cara lleno de repercusión ideal para el torneo.
No será nueva la situación que espera el viernes en la Caja Mágica. Nadal y Alcaraz ya han coincidido dos veces. La primera en este mismo escenario. En la segunda ronda del pasado año cuando del murciano solo había buenas referencias por los primeros pasos dados en el circuito. Pero estaba más allá de los cien primeros del mundo. Aquél partido fue un regalo para Alcaraz, que alcanzó la mayoría de edad en el duelo contra su ídolo.
"Será un partido muy difícil. Él (Alcaraz) hoy está mejor que yo y con una dinámica muy buena y soy consciente de lo que hay. Soy realista aunque lo voy a intentar. Pero a día de hoy está mejor que yo. Tiene esa energía del momento. Y en ese sentido parte con ventaja aunque yo haré todo lo que pueda por ganar. Lo importante para mi no es quién esté mejor el viernes sino dentro de tres semanas (Roland Garros) y ese es mi objetivo", opina Nadal.
El pupilo de Juan Carlos Ferrero ya había dado el estirón cuando se enfrentó de nuevo a Nadal. Estaba en plena ebullición ya. Y Nadal erigido como el mejor de todos los tiempos con su vigésimo primer Grand Slam bajo el brazo. Fue también en un Masters 1000, en Indian Wells. Un duelo épico azotado por el viento que sacó adelante el balear, en tres sets. El esfuerzo le costó la fisura costal de la que acaba de salir y que le condiciona, aún, para el duelo ante el murciano.
Todo está abierto en el cuarto de final al que Carlos Alcaraz logró llegar después de dejar atrás a Cameron Norrie, un sólido jugador que incomodó todo el rato a su adversario. No eran referencia las dos victorias obtenidas meses atrás por el español, en pista dura, ante el británico de origen sudafricano y criado en Nueva Zelanda.
Es un jugador rocoso, con tablas. Acomodado en el undécimo lugar del ránking. Solo dos por detrás del español. Y con bagaje. De hecho, este año ganó en Delray Beach y fue finalista en Acapulco. Méritos que ensanchan un historial con el Masters 1000 de Indian Wells y el torneo de Los Cabos que consiguió en el 2021.
Por momentos Norrie llevó al límite al español que estuvo sobre todo irregular. Sin continuidad y con brillantez a cuentagotas. Dio la sensación de que Cameron Norrie sería un rival más en el camino. Pero le salió respondón. Después de ganar con aire de trámite la primera manga se enredó después, en el segundo set. Perdió su saque, lo recuperó pero fue como a remolque y Norrie se creció. Llegó el desenlace al tie break donde el británico no perdonó.
Tomó como una afrenta Alcaraz la derrota de la manga y salió con ímpetu en el tercer set. Quebró de entrada y consolidó para tomar una renta de 2-0. No perdió la distancia ni el desequilibrio y logró el objetivo después de casi tres horas de un partido sellado con una doble falta en el saque del británico, que se despidió.
Le costó a Alcaraz sumar su vigésima quinta victoria de la temporada para encarar a Nadal. Solo el griego Stefanos Tsitsipas y el ruso Andrey Rublev están a su altura en partidos ganados. La victoria ante Norrie le sitúa en los cuartos de final. Los terceros en un Masters 1000 en lo que va de temporada. A los que llegó en Indian Wells cuando avanzó hasta la semifinal, y después, en Miami, donde ganó.
El murciano llegó a Madrid como campeón en Barcelona. Un trofeo que añadió a los de Miami y Río en este 2022 y al de Umag, en el pasado año. Tendrá el regalo esperado, un cara a cara con Nadal. Y no será en sesión nocturna, como hasta ahora. En horario estelar, un duelo al sol.