El Betis es un caramelo muy goloso. Siempre lo ha sido y por más años de agonía o brillantez que pasen, sea en la categoría que sea, inmerso en malos momentos o disfrutando verdaderos tiempos de bonanza, seguirá siendo como un panal de rica miel; que muchos, desean paladear.
Como la notoria serie americana que parece que asentará sus bases para filmar una nueva temporada aquí en Sevilla; en Heliópolis se debate de manera más acuciante que nunca, un lugar privilegiado en el poder (o cerca de él), con el que ganarse una posición.
En un año donde los resultados deportivos han motivado la mayor crisis institucional que se recuerda en la entidad verdiblanca, no han dejado de cesar los movimientos en torno al sillón presidencial y en suma, a la posibilidad de ejercer (bien desde un papel protagonista o bajo un segundo plano) una influencia notable en la toma de decisiones de un consejo de administración permeable y supeditado a una provisionalidad debido a la tesitura judicial.
Y es que desde la salida de Miguel Guillén en la Junta Extraordinaria celebrada el pasado 28 de marzo y cuyo testigo recogió en el cargo Manuel Domínguez Platas; ha estado acompañada de una avalancha de críticas por la idoneidad de su nombramiento; así como por la competencia de Francisco Estepa, actual administrador judicial; que muchos sostienen, está estrechamente ligada al influjo de la Liga de Juristas Béticos y a la Fundación Heliópolis.
Una relación que por ejemplo, no comparte en distintos pareceres otra de las conocidas plataformas verdiblancas como Por Nuestro Betis.
Entre tanto, Manuel Ruiz de Lopera y Luis Oliver continúan con su particular batalla judicial y gritando a los cuatros vientos su derecho legítimo a que se le devuelva aquello que según ellos, se les ha sido sustraído: su Betis.
Alaya no admite la negativa de Lopera
La juez que investiga la gestión de Manuel Ruiz de Lopera en el Betis, Mercedes Alaya, rechazó la renuncia del exmáximo accionista bético a una declaración indagatoria, prevista para el jueves 12 de junio, dado que se trata de una posibilidad no prevista en la ley, tras la petición de Lopera a suspender su comparecencia.
Luis Oliver desea recuperar el control
“Ese mismo abogado que me lo quitó, lo cambiaré y me tendrá que dar las llaves de la ciudad y la medalla del club. El fiscal no me acusa, es el Betis, que casualmente es mío. Piden para mí 12 años como podían haber pedido 88. El enemigo está dentro y ellos manejan muy bien a los medios”, dijo.
