Asefa Estudiantes terminó con la maldición de una de sus canchas aciagas en la Liga Endesa y diez temporadas después fue capaz de vencer a Laboral Kutxa en el Buesa Arena (80-90).
Los colegiales habían caído en las nueve últimas visitas al coliseo vitoriano y después de cuarenta minutos de baloncesto coral los de Txus Vidorreta pasaron por encima con solvencia y comodidad de un Baskonia desconocido al que sacaron los colores.
Antonio Granger dominó el ritmo de partido, 17 puntos, y Kuric fue el bastión ofensivo, 25 puntos, ante un Laboral Kutxa que solo tuvo a Nocioni, 27 puntos, como único argumento para quebrar la racha de últimos cinco triunfos de los de Tabak.
Laboral Kutxa y Asefa Estudiantes arrancaron el duelo con nula tensión en un desangelado Buesa Arena. Las defensas estuvieron también ausentes lo que facilitó un buen ritmo de anotación, 15-23 minuto siete.
El demoledor acierto de los madrileños en los lanzamientos de campo, doce canastas de 21 intentos, y los trece rebotes permitieron a los de Vidorreta alcanzar el minuto diez con un cómodo 19-28.
Baskonia concedió todas las facilidades bajo su aro y un disciplinado Estudiantes, con Granger y Clark como estiletes, aprovechó la desgana y apatía local para sacar los colores a los de Tabak, (24-39, m.15), que desató los silbidos del público antes del tiempo muerto del croata.
Intentó Laboral Kutxa arreglar el desaguisado pero la brecha se quedó en 36-49 al descanso.
No cambió el panorama en la reanudación con un Estudiantes que mantuvo el pulso con la anotación de Kuric ante un Baskonia decidido a aplicar el acelerador con la entrega de Nocioni y Lampe.
Le costó a Baskonia revertir la tendencia del partido después de muchos minutos de apatía y un Estudiantes cada vez más cómodo sobre la pista que se negó a entregar con facilidad la ventaja en el marcador (49-63, m.28).
Nocioni y Lampe se repartieron los 18 puntos del Baskonia en el tercer cuarto, pero estuvieron demasiado solos y nada pudieron hacer porque Estudiantes empezara el definitivo con catorce de ventaja, 54-68.
Quemó sus naves el cuadro vitoriano con un intento de remontada que le llevó a situarse a solo nueve puntos, 65-74 minuto 33, pero de nuevo emergió el trabajo colectivo de los madrileños para no sufrir hasta el bocinazo final.