Los cuatro nadadores estadounidenses que esta semana denunciaron haber sufrido un atraco en Río de Janeiro no fueron, efectivamente, víctimas de tal asalto sino que mintieron para que no se diera a conocer que tuvieron un enfrentamiento con agentes de la Policía en una gasolinera de la ciudad.
La Policía Civil de Río ha informado de que los cuatro, Ryan Lochte, Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen, habían salido de fiesta y el domingo denunciaron haber sufrido un asalto armado por parte de atracadores que se hicieron pasar por policías.
No obstante, Conger y Bentz –el primero, uno de los dos atletas a los que se impidió embarcar en un avión a Estados Unidos el miércoles después de que la Justicia brasileña pidiera que no salieran del país– han desmentido la versión inicial de Lochte, según ha informado Agencia Brasil.
Los nadadores que ya han testificado deberían, de acuerdo con el jefe de la Policía de Río, Fernando Veloso, ser liberados para regresar a Estados Unidos, donde ya se encuentra Lochte desde el lunes, si bien en su programación se indicaba que debía permanecer en Río hasta el miércoles.
Veloso ha explicado que las imágenes y los testimonios presentados indican que los deportistas llegaron en un taxi a una gasolinera en Barra da Tijuca donde, en estado de embriaguez, provocaron algunos daños materiales. Los empleados de la gasolinera llamaron a la Policía para que impidieran que estos salieran del local.
Si bien no hubo ningún enfrentamiento físico, uno de los agentes de seguridad llegó incluso a apuntar con un arma a los nadadores para que no huyeran. Según testimonios recogidos por la agencia, Lochte estaba “exaltado, agresivo y en estado de embriaguez”.
Tras este breve enfrentamiento, los cuatro fueron liberados previo pago de 100 reales y 20 dólares estadounidenses por los daños provocados en las instalaciones.
Disculpas a Brasil
Veloso ha indicado que aún no han concluido “las medidas necesarias” para averiguar qué fue exactamente lo que ocurrió porque aún están recogiendo testimonios de lo sucedido. Los nadadores podrían llegar a tener que responder ante la Justicia por falsa comunicación de un delito y por daños al patrimonio.
Por su parte, el jefe de la Policía ha señalado que lo propio y “digno” sería que los deportistas “pidieran disculpas a los cariocas”, en referencia a los locales de Río de Janeiro, “que han tenido que ver la imagen de su ciudad manchada por una historia de mentira”.