Una docena de sesiones de preliminares y la recta final encaró un pase que no terminó de responder. Una sesión más resultó de altibajos y de expectativas frustradas. Las preliminares siguen buscando la sorpresa y la revelación que cada año arriban al Gran Teatro Falla.
En eso estamos, a la espera de encontrar alguna agrupación que rompa la linealidad que viene resultando más allá de las que a priori vienen con un cierto nombre y unas perspectivas.
El escalón se marca de manera evidente y reiterativa una función más. Habrá que seguir esperando en estas dos sesiones que aún restan por dilucidar el primer corte del Concurso por si la sorpresa le da por acudir. Por primera vez, una función encontró una noche de lo más gaditana de principio a fin. Y es que de las ocho agrupaciones cuatro lo hicieron desde la capital y otras cuatro de la provincia de Cádiz. La doble ración de coros tuvo una de cal y una de arena.
El coro de Manolo Valdés no encontró la respuesta de un público que no terminó de engancharse al estreno de la noche. La frialdad fue la tónica en una primera parte que no cautivó. El de Paco Martínez Mora abrió la segunda parte llevando el gaditanismo más auténtico y puro.
La gracia y el arte la puso la chirigota de Manolín Gálvez