Los cordobeses dejaron muestras de que el cuarteto lo único que hay que hay que hacer para que la modalidad no decaiga es darle apoyo venga de donde venga. Un cuarteto simpático que cumplió con el expediente en el año que menos acuden al Teatro. El tsunami entró en un bar cuanto menos original y con más problemas de los deseados.
Las historias se suceden a base de golpes que deja un grato sabor defendiendo una modalidadcompleja como pocas. Grito de “cuarteto, cuarteto” define perfectamente que gustó al público presente.