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El jardín de Bomarzo

Enroque o jaque al rey

Este tronío nacional se me antoja como una enorme partida de ajedrez donde peones, alfiles, caballos, damas, reyes y algunas torres miden cada paso

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Este tronío nacional se me antoja como una enorme partida de ajedrez donde peones, alfiles, caballos, damas, reyes y algunas torres miden cada paso, posición, línea de taque o de defensa porque un mal movimiento, saben, te saca de la partida para siempre y ante todo las piezas buscan mantenerse sobre el cuadratín, sea de marfil o negro. Para algunos, las tablas finales son un buen resultado. El aficionado ajedrecista se aburre ante la repetición de una partida eterna.

A pesar de que Susana Díaz está rodeada de un amplio equipo de asesores y, de hecho, tiene uno casi para cada cosa, la gestión que desde el principio ha realizado sobre esta enorme crisis de identidad en la que se ha instalado el PSOE es, como poco, mejorable. Y su responsabilidad es evidente porque desde el día uno disputó el liderazgo a Pedro Sánchez, le debilitó, y este no ha hecho más que enrocarse y es en lo que está, intentando salvar su pellejo por encima de otros intereses y propulsando con ello a su centenario partido hacia un abismo electoral donde nunca antes estuvo y quizás, incluso, esté dispuesto a perder la referencia en la izquierda con un PSOE más pequeño pero suyo. La decadente situación electoral, en todo caso, no solo es responsabilidad de Sánchez, también de todos los que han ayudado en una travesía donde se ha instalado el miedo como método de alcanzar o mantener el poder. Antes se debatía porque se podía opinar distinto, ahora eso se hace bastante menos. Opinar.

A las dudas de Díaz del principio por aquello de que siempre quiso optar a la secretaría general por aclamación, aplaudida por todos como en Granada y no en disputa contra nadie, se une esta especie de indefinición actual y el desgaste de eterna aspirante que ningún bien la está haciendo y en cuya carrera sola ha quedado tras la marcha de Chacón al sector privado y el deterioro de Madina como posible; el temor creciente a que el interés personal de Sánchez provoquen unas terceras elecciones que la hagan retroceder, otra vez, con respecto al PP en Andalucía y ahí terminen sus aspiraciones nacionales es alto y, de hecho, en los pasillos de la casa del pueblo andaluza se comenta que eso "no se le va a permitir", que "es una locura", que por ese camino "vamos a perderlo todo". La presidenta no concede entrevistas estos días, ni tan siquiera inauguró el curso político con la habitual en la SER porque sabe que como se suelte igual salen sapos por su boca y, ante eso, prefiere recurrir a libro de ruta y mandar por delante a su fiel Juan Cornejo o a Mario Jiménez para que vayan soltando misiles sonoros que avisen a los de otras trincheras. Ataque al rey, que tiene esa jugada muy vista y, enrocado, sonríe.

Uno de los comentarios de la semana es la posibilidad de facilitar la investidura del PP, de un modo u otro, pactando dos o tres temas y, sobre todo, logrando que Rajoy ceda el mando a otra persona y se borre de la partida. Todo lo que ha sucedido dentro del PP estos últimos años hubiese justificado sobradamente el adiós de Mariano, que en su extrema lentitud como estratega jamás pensó en sacrificar su

posición ni con el objetivo final de que el equipo azul ganase la partida, pero electoralmente la cuestión añadida es por qué Rajoy debería irse después de ganar con amplio margen dos elecciones consecutivas y Sánchez, Rivera o Iglesias no habiéndolas perdido, también de manera consecutiva y por bastante. Si el tacticismo personal no mandase interpretarían fácil el sentido básico de la urna sobre llegar a acuerdos y hacerlo respectando la opinión mayoritaria y democrática del ciudadano votante que, por dos veces, ya ha dicho lo que quiere y quiere que gobierne el PP en minoría, fiscalizado por una oposición sólida que le controle al milímetro. Y lo que van a conseguir tras unas terceras elecciones, además de alguno salvarse a sí mismo, es que el PP sume mayoría con casi cualquiera para hacer cosas como colocar a Soria al frente del Banco Mundial, que es zona de compensación de agravios a razón de 250.0000 euros al año. Ya les vale a los de la gaviota, ese pájaro marinero que en cuanto alza vuelo libre sobre azul cielo lo primero que hace es aliviarse soltando heces.

Resulta evidente que esta situación de parálisis nacional alimenta tanto al populismo como a todos esas corrientes políticas nacionales que buscan romper la unidad nacional, al independentismo sobre todo, que está muy feliz con todo lo que ve -el CIS ya vaticina la consolidación de nacionalistas e independentistas en el País Vasco y espectacular caída de, sobre todo, PSOE, que también en Galicia cede puesto ante Podemos. Otro asunto es la fiabilidad de las encuestas...-. Unas terceras elecciones para todos ellos son plato de buen gusto porque erosiona y paraliza, palabras destacadas en el diccionario de quienes lo que pretenden es romper para salirse y del destrozo quedarse un pedazo jugoso. Y hablando de trozos, Pablo Iglesias es el líder político que más dinero ganó el pasado año: cobra más que el presidente del gobierno. ¿Trabaja? Según su representante en Andalucía, Teresa Rodríguez, no, que acusó a Susana Díaz en el Parlamento de Andalucía "de no haber trabajado en tu vida" dando por sentado, por tanto, que la política no es un trabajo.

Algunas teorías señalan que el resultado de gallegas y vacas podría ser definitivo cara a resolver el entuerto y, de hecho, para principios de octubre, sábado día uno en concreto, se perfila como fecha posible para un comité federal del PSOE de cuchillos largos si antes, y no parece probable, no se ha resuelto el entuerto. A Pedro Sánchez siempre le queda la última carta, sin se ve muy acorralado, que es preguntar a la militancia qué hacer, tal y como hiciera la otra vez, sabiendo que lo normal sea que ésta diga no a la abstención y ese no propicie unas terceras elecciones que solo benefician al PP y a él. Este temor está instalado dentro, la consulta, a lo que nadie se puede negar públicamente porque es democrático, pero el PSOE nunca ha sido un partido asambleario. Al menos hasta ahora. Oír a Sánchez de nuevo fomentar otra ronda de contactos en busca de un posible acuerdo con Podemos y Ciudadanos resulta mucho más que decepcionante, paradójico, inquietante por cuanto la falta de respeto a la inteligencia del ciudadano votante es tan alta que uno empieza a preguntarse a sí mismo si no será verdad que somos rematadamente idiotas. ¿Lo somos? Pensaba que, en general, no, pero viendo el trato que nos dispensa la duda crece como la seta lo hace tras la primera lluvia.

El enroque. Es un movimiento exclusivo del rey y tiene como objetivo fortalecer su seguridad. Significa poner al rey detrás de las rocas, protegerlo de la zona de combate. Jaque mate es una posición en la que el rey se encuentra amenazado y esta situación no puede cambiarse mediante ninguna jugada legal. La partida está en tal punto que varios son los que están entre uno y otro movimiento, enrocados o a poco de que alguna figura del tablero, torre, alfil o dama, les arrincone y termine por tumbarles sobre el marfil y negro. Mientras, asistimos a la partida desolados porque con semejantes piezas, de nivel e interés disperso, se hace duro alimentarse de optimismo.

Bomarzo

bomarzo@publicacionesdelsur.net

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