Borja, ¿cómo empezó en el mundo del cante flamenco?
-La primera vez que canté en público fue con mi madre, Carmen Evilla “La Caracola”. Contaba con siete años de edad en la Feria que celebraba en el Parque de La Victoria por la festividad de la patrona.
A partir de ese momento empecé a cantar profesionalmente y recuerdo con mucho cariño que mi primera actuación fue en el Bar La Garrocha. Mi vida artística aún es corta, solo cuento con cuatro años, pero creo que tengo madera y ganas para seguir mejorando día a día.
He tenido la suerte de cantar y tocar con diferentes y grandes artistas del panorama como Manuel de Pay, Juan de la Morena, Joselete y músicos de virtuosos como los de Niña Pastori, El Barrio o Los Delincuentes.
He cantado en muchas zambombas, ferias y certámenes flamencos.
También he tocado la percusión en el coro de la Barriada de las Nieves o de más pequeño en el coro infantil que llevaba Sor Ana en el Colegio de Luisa de Marillarc.
Cuéntenos sobre el acto benéfico celebrado en Valencia.
-Mi amigo Rodrigo (Míster Valencia 2015) me propuso colaborar en un gran acto benéfico para mejorar la calidad de vida de una chica de Chivas. Se celebró en el Teatro de la misma y acudieron entre 1200 y 1500 personas.
Fui sin músico y por una red social, encontré a un guitarrista que accedió a participar junto conmigo en la gala. Recuerdo que no nos conocíamos de nada y que realizamos los ensayos en las calles de Algemesí.
Fue algo que me llenó plenamente y que jamás sacaré de mi cabeza.
Actuará este sábado en otra gala benéfica en la ciudad de Sanlúcar de Barrameda.
-Es cierto, mañana sábado estáis todos invitados a asistir a la Gala Sahara Flamenco. Se celebra en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sanlúcar de Barrameda.
Todo surgió cuando actué con el gran percusionista Curro Vargas. De ahí surgió una gran amistad y con ello, me preguntó si me apetecía participar en el festival, a lo cual respondí directamente que sí.
Actuaremos unos diez artistas y comienza a las 13.00 horas.
Espero que se anime mucha gente a acudir porque no hay nada más bonito que ayudar, ya que aportando pequeños granitos de arena se consiguen grandes montañas.
