Seguridad Nacional incluye la vulnerabilidad energética entre los cinco mayores riesgos para España en su informe de 2021, que además augura que los ciberataques serán la amenaza que más crezca en el país durante los próximos cinco años.
El documento, al que ha tenido acceso Europa Press, incluye un análisis de riesgos elaborado a partir de una encuesta realizada a expertos durante el mes de octubre del pasado año; aunque el informe fue aprobado definitivamente por el Consejo de Seguridad Nacional en una reunión celebrada el 4 de marzo de 2022.
Como ha hecho durante los últimos tres años, el informe dibuja un mapa de riesgos con las 16 amenazas que recoge la Estrategia de Seguridad Nacional. Todos ellos están en la zona alta de la tabla, con valores superiores a 3 en cuanto al nivel de amenaza.
Combinando el nivel de impacto de los riesgos con su grado de probabilidad, el informe sitúa en el primer puesto de la lista las pandemias y epidemias. Este valor ya encabezó la tabla el pasado año como consecuencia del coronavirus.
A continuación ubica la vulnerabilidad del ciberespacio, la inestabilidad económica y financiera y, en cuarto lugar, la vulnerabilidad energética. También aparecen con una intensidad muy alta los flujos migratorios irregulares, las campañas de desinformación y los efectos del cambio climático.
"La gran magnitud de la crisis del coronavirus, todavía activa, la preocupación por sufrir un incidente de ciberseguridad, cuestión que se percibe como algo muy probable tanto desde las instituciones públicas como por parte de las empresas y de la ciudadanía, así como la fuerte subida de los precios, en especial de los productos energéticos, son tres riesgos y amenazas que dibujan la zona crítica del mapa de riesgos para la Seguridad Nacional en 2021", resume el informe, presentado el pasado lunes en el Congreso por el director de gabinete de Presidencia del Gobierno, Óscar López.
DETERIORO DE LA SEGURIDAD NACIONAL
En el apartado específico de ciberseguridad, Seguridad Nacional avisa de que los restos en este ámbito se han visto "multiplicados" como consecuencia del traslado masivo de actividades y organizaciones al entorno virtual durante los últimos dos años.
De hecho, en un análisis de las amenazas durante el próximo lustro avisa de que los ciberataques son los que tienen el riesgo de experimentar un mayor crecimiento; aunque en general la percepción de la previsible evolución del contexto de Seguridad Nacional con un horizonte temporal de cinco años es de deterioro. De hecho, ninguno de los riesgos y las amenazas para la Seguridad Nacional se encuentra dentro del rango de elementos con tendencia a mejorar.
Los resultados de la encuesta sitúan a cinco elementos en el rango de los riesgos y las amenazas que muestran un fuerte deterioro. Son la vulnerabilidad del ciberespacio; las campañas de desinformación; los efectos del cambio climático y de la degradación del medio natural; los flujos migratorios irregulares; y la vulnerabilidad energética.
AUMENTAN LOS CIBERINCIDENTES CRÍTICOS
Los ciberincidentes identificados en el año 2021 disminuyeron respecto al año anterior, aunque aumentaron "significamente" aquellos clasificados como críticos. Además, los ciberataques también constituyen la causa de la mayoría de los incidentes detectados en las infraestructuras críticas.
Según apuntó López en su comparecencia parlamentaria, tras el fuerte incremento de los ciberataques en 2020, con más de 13.000, en 2021 se registraron 10.831 ciberincidentes de distinta peligrosidad e impacto en operadores críticos o de servicios esenciales.
Los sectores estratégicos más afectados por ciberataques fueron el sector de la administración, el financiero y tributario, y el del transporte.
Además, en 2021 se reportaron al Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas veintinueve incidentes relacionados con la seguridad física en los sectores estratégicos, frente a los veinticuatro registrados en 2020, ochenta y nueve en 2019, veintidós en 2018 o cincuenta y cuatro en 2017.