Los incendios han arrasado en España en lo que va de año 187.676 hectáreas forestales, con lo que en poco más de seis meses y medio han ardido apenas 2.000 hectáreas menos que en todo 2012, año en el que ardieron el récord de 189.376 hectáreas, según datos del organismo europeo EFFIS basados en imágenes por satélite
Según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS, por sus siglas en inglés), que usa para sus cálculos imágenes satelitales de Copernicus, la superficie quemada hasta la fecha superara ya a la de todo 2017, segundo peor año de la serie histórica (iniciada en 2006), con 130.920 hectáreas arrasadas por las llamas.
Además, hay que tener en cuenta que continúan avanzando incendios de grandes dimensiones, como el Losacio (Zamora), que se ha cobrado dos vidas, y los de Carballeda de Valdeorras (Ourense) y Folgoso (Lugo), en Galicia.
Las cifras arrojadas por EFFIS superan ampliamente a las aportadas por el Gobierno, que, basándose en datos de las comunidades autónomas, ha cifrado en 70.000 las hectáreas arradas hasta el 10 de julio, con lo que no contempla los incendios de los últimos días.
Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica han apuntado que, además, las cifras reales de afectación de un incendio pueden tardar años en conocerse y que para una mayor precisión los datos deben tomarse sobre el terreno.
Según los datos de EFFIS recabados por EFE, España es el país europeo más afectado por los incendios en lo que va de año, seguido de Rumanía (149.264 hectáreas), Portugal (46.593), Francia (39.904 hectáreas), Croacia (30.889 hectáreas) e Italia (25.103 hectáreas).
LA CAMPAÑA PINTA MUY MAL, SEGÚN LA UME
"La campaña pinta muy mal. Según estamos, los datos probablemente igualarán e incluso superarán a los de 2012", sobre todo porque a corto plazo no se prevén lluvias, ha dicho a Efe el capitán Roberto García, analista de riesgos naturales de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
En 2012, la UME hizo un total de 60 intervenciones en incendios forestales y este año llevan unas 30, ha apuntado García, quien ha reconocido que las previsiones que manejaban a inicio de la campaña "se han quedado cortas" debido a que las previsiones meteorológicas se han visto superadas.
"No pesábamos que iba a ser así, pero las dos olas de calor que se han registrado han sido brutales, no se esperaba tanto calor ni que fueran tan largas", según García, que ha recordado que la fiabilidad de las previsiones baja cuanto a más largo plazo son.
Para diseñar su actuación en la campaña de incendios, la UME anticipa dónde será más necesaria su intervención basándose en datos estadísticos de Transición Ecológica, análisis de la Aemet y datos del Centro Europeo de Prevención y Vigilancia.
El otoño fue seco y normal en cuanto temperaturas y el invierno muy cálido y extremadamente seco, lo que ya adelantaba que sería "un año fatal para los incendios forestales".
Marzo fue frío y muy húmedo, lo que ayudó a controlar los incendios que habitualmente se registran en el noroeste por las quemas agrícolas, en tanto que en abril, el frío y las lluvias dispararon la proliferación de combustible ligero (pastos).
Tras las altas temperaturas y las bajas precipitaciones de mayo y junio, ese pasto está extremadamente seco, lo que, unido a las elevadas temperaturas actuales, favorece la rápida propagación del fuego, incluso aunque no haya viento, según García.
"El pasto y el matorral están muy secos y el arbolado está tan poco hidratado que se generan incendios de tanta intensidad que son muy difíciles de extinguir", ha advertido García, que ha subrayado que aunque la mano del hombre está detrás de muchos de los incendios, este año están teniendo especial incidencia los rayos caídos durante tormentas secas (no acompañadas de agua).
No obstante, ha subrayado que aunque las previsiones no anuncia lluvias en, al menos, los próximos quince días, la situación podría mejorar en cualquier momento si entrara un frente que trajera lluvias y frío.
Además de arrasar miles de hectáreas, los incendios forestales registrados en España entre el 1 de junio y el 18 de julio han emitido a la atmósfera más de CO2 que en los totales de junio-julio de 2003 a 2021, según el Sistema Mundial de Asimilación de Datos sobre Incendios (GFAS) del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus.
Estas estimaciones se basan en las observaciones por satélite de la ubicación de los incendios forestales y en el poder radiativo del fuego (FRP), una medida de intensidad utilizada para estimar las emisiones de contaminantes por humo.