Tras 100 días como Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Ashton pidió en Estrasburgo (Francia) paciencia a quienes la acusan de no haber logrado avances en ese periodo.
La británica, cuyo nombramiento comienzan a ver como un error un buen número de analistas, recordó que Europa está “construyendo algo nuevo” tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa y que esto requiere tiempo para que “la gente ajuste sus esquemas mentales y las instituciones encuentren su nuevo lugar”.
“Hacer esto es complicado, pero también excitante”, aseguró Ashton, que en las últimas semanas ha visto como crecían las críticas hacia la forma en la que está desempeñando su labor.
En la Eurocámara ayer, sin embargo, se rebajó el tono de los ataques y varios diputados mostraron incluso su comprensión ante la situación de la ex comisaria de Comercio, que debe compaginar su puesto como Alta
Representante con el de vicepresidenta de la CE encargada de Exteriores, cargos que antes se repartían entre dos personas.
Los más duros, como viene siendo habitual, fueron los euroescépticos británicos, siempre muy críticos con la laborista Ashton, que también recibió críticas de algunos miembros de otros grupos por sus ausencias en citas como la reciente cumbre UE-Marruecos o el debate sobre Cuba que el PE celebró ayer.