La visita del presidente de los Estados Unidos a Irak ya era llamativa por lo sorpresiva, la inminencia de su salida de la Casa Blanca o el acuerdo entre ambos países para que el ejército norteamericano ceda control al iraquí. Sin embargo, hubo una anécdota más llamativa.
Un periodista iraquí llamó "perro" en árabe (Un insulto grabe) a Bush y después le lanzó sus zapatos durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki. Efectivos de las fuerzas de seguridad iraquíes y del servicio secreto estadounidense saltaron de inmediato sobre el periodista y se lo llevaron a rastras de la sala mientras forcejeaba.
Los zapatos pasaron a unos metros de Bush y uno de ellos sobrepasó su cabeza e impactó contra el muro ante el que se encontraba el dirigente estadounidense. Bush mostró una sonrisa incómoda y aseguró: "No me molesta". Poco después, restó importancia importancia al incidente. "No me sentí ni mínimamente amenazado", dijo.