La entrada de agentes en Vila Cruzeiro, guarida de traficantes de drogas y base de una de las bandas criminales más importantes de la ciudad, el Comando Vermelho, fue considerada la mayor operación policial desplegada hasta ahora en Río en la lucha contra el narcotráfico.
La Policía Militarizada de Río de Janeiro consiguió ahuyentar a los narcotraficantes y hacerse con el control de la barriada gracias al apoyo logístico de la Armada brasileña, que aportó tanquetas blindadas y equipamiento militar.
Tras cinco días de asaltos, incendios y tiroteos, la ocupación de Vila Cruzeiro fue seguida con mucha atención y celebrada por la población en general, que apoya la actuación de las fuerzas policiales.