Los tunecinos aguardan el anuncio mañana o tal vez el lunes de la formación del nuevo gobierno de transición, que debe posibilitar la marcha del país por la senda de un nuevo proceso político que contribuya a cerrar la inestabilidad generada tras la caída del presidente Zine el Abidín Ben Alí.
La situación en Túnez es hoy de calma, con la sensación de que los discursos pronunciados en las últimas 48 horas por el presidente interino, Fuad Mebaza, y el primer ministro de transición, Beyi Said Essebsi, han servido para afianzar posiciones, fijar planteamientos y, de alguna manera, satisfacer las expectativas de buena parte de la sociedad.
En su discurso del pasado jueves, el presidente Mebaza anunció la convocatoria de elecciones a una Asamblea Constituyente para el próximo 24 de julio, al objeto de redactar una nueva carta magna para Túnez, dado que la vigente se considera por la oposición como un texto ya agotado.
Dicho anuncio pareció colmar las expectativas de buena parte de las fuerzas opositoras, en particular las del poderoso sindicato Unión General de Trabajadores de Túnez, que acogió de buen grado el anuncio de Mebaza.
A su vez, el discurso pronunciado ayer, viernes, por Essebsi, en el que consideró a Ben Alí culpable de "traición a la nación" por haber huido del país tras la revolución que lo depuso el pasado 14 de enero, ha servido también para que la oposición vea que el nuevo jefe del ejecutivo, al menos, ha hablado claro y ha ofrecido unos planteamientos acordes con los nuevos tiempos.
Pese a que Essebsi, que asumió la jefatura del ejecutivo de transición el pasado domingo tras la dimisión de Mohamed Ghanuchi, fue acogido con recelos por la oposición, que lo consideraba como un personaje vinculado al antiguo régimen (fue ministro de Asuntos Exteriores durante el mandato de Habib Burguiba, 1956-1987), la claridad con que habló ayer parece haber cambiado ciertos criterios.
En su primera alocución televisada desde que asumió la jefatura del gobierno de transición, Essebsi dijo que Ben Alí "ha cometido errores que lo declaran culpable de traición a la nación".
"A mi juicio -dijo Essebsi-, un jefe de Estado -y a la vez comandante en jefe de las Fuerzas Armadas- jamás abandona su puesto y huye, por lo que debería comparecer ante una corte marcial que lo juzgue" por un delito, subrayó, que está penado con la horca.
Ben Ali, que huyó del país el pasado 14 de enero, se encuentra actualmente refugiado en Arabia Saudí.
Essebsi añadió que el próximo domingo se anunciará la composición del nuevo Gobierno de transición, del que dijo que será "cien por cien tunecino, sin presencia extranjera", en referencia a las críticas de la oposición a varios ex ministros que se incorporaron al ejecutivo nada más salir de Francia, donde vivían.
"La prioridad del nuevo gobierno es el restablecimiento de la seguridad para que el país recupere un ritmo normal", afirmó Essebsi.
Essebsi reconoció que "la seguridad no es un asunto fácil de gestionar, sobre todo cuando hay fisuras y desequilibrios".
Al mismo tiempo, el jefe del Ejecutivo tunecino de transición advirtió a sus conciudadanos de que la tarea que tienen por delante es larga y compleja, por lo que les dijo que no esperen "que los asuntos se resuelvan en días, semanas o meses".
Señal de que ambos discursos parecen haber dejado satisfecha a la oposición es el hecho de que el campamento montado desde hace dos semanas en la Plaza del Gobierno de la capital tunecina ya ha sido desmantelado, tras considerar los organizadores que las autoridades de transición han atendido sus reivindicaciones.
En declaraciones a Efe, uno de los organizadores de la acampada, Said Abderrasak, miembro de la Unión Sindical de Trabajadores de Túnez (UGTT), el principal sindicato del país y una de las principales fuerzas de la oposición, dijo que las líneas maestras del discurso pronunciado anoche por Mebaza les han animado a terminar con esta movilización.
"Al menos a grandes rasgos, el gobierno ha escuchado nuestras reivindicaciones", subrayó Abdelrrasak.