EE.UU. ya ha intentado impulsar antes cambios de régimen y "en algunos casos funcionó y en otros nos tomó diez años".
Los máximos responsables del Pentágono afirmaron este jueves que el líder libio, Muamar el Gadafi, acabará abandonando el poder ante la presión que la comunidad internacional ejerce sobre él, aunque no se aventuraron a decir cuándo llegará ese momento.
"La operación militar es limitada y no incluye el cambio de régimen (...) pero un factor que podría influir es que seguimos degradando la capacidad militar (de las fuerzas libias) y eso podría contribuir a que se fracture el régimen, afirmó el secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates.
Gates compareció este jueves en una audiencia ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, donde también reconoció que "nadie puede predecir cuánto tiempo tomará eso".
El jefe del Pentágono recordó también que EE.UU. ya ha intentado impulsar antes cambios de régimen y "en algunos casos funcionó y en otros nos tomó diez años".
Gates, que compareció en el Congreso junto con el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU, el almirante Mike Mullen, dijo que después de la Guerra del Golfo no se siguió atacando las capacidades militares de Sadam Hussein, pero afirmó que en el caso de Libia la comunidad internacional lo seguirá haciendo, por lo que sugirió que el caso libio puede tener una salida diferente.
Mullen coincidió en el análisis de Gates al asegurar que la operación "Odisea del Amanecer" ha permitido "degradar seriamente las capacidades militares" de las fuerzas de Gadafi.
Según el jefe del Estado Mayor Conjunto, la alianza internacional ha reducido a un 20 por ciento la capacidad de las fuerzas libias de Gadafi.
Pero la capacidad militar de sus tropas en tierra es todavía diez veces mayor que las de los rebeldes, explicó.
Por ello, dijo, el régimen de Gadafi "no está a punto de desmoronarse desde el punto de vista militar".
No obstante, agregó, confía en la capacidad de la OTAN de seguir deteriorando las defensas libias.
La OTAN asumió hoy el control completo de las misiones militares en Libia bajo la operación "Protector Unificado".
"A largo plazo obviamente hay muchas herramientas disponibles para presionar a Gadafi, lo que nos lleva eventualmente al objetivo político más amplio de que se marche", señaló Mullen.
Gates aseguró que el papel de las fuerzas de EEUU se reducirá significativamente a partir de ahora y prometió que, mientras él esté al frente del Pentágono, no se desplegarán tropas de tierra.
En cuanto a la oposición libia, Mullen reconoció que EE.UU. estudia si les proporciona armas, pero recalcó que hay otras maneras para ayudar a los rebeldes.
"Estamos evaluando las opciones de hacerlo y no hacerlo. Hay una forma bastante viable de entrenarles y equiparles, pero nosotros no somos los únicos que sabemos hacerlo; hay bastantes otros países que tienen esa capacidad, las armas y la destreza", afirmó Mullen.
Admitió que hay "tensiones" en el seno de la OTAN sobre la cuestión de si se debe armar a los rebeldes o no.
El secretario de Defensa reconoció por su parte que EEUU. no sabe mucho de la oposición libia, ya que tan sólo conoce a unos pocos líderes visibles.
"La oposición es muy dispar, dispersa y cada grupo, cada ciudad donde se producen los combates tienen probablemente su propia agenda", indicó Gates, quien destacó que el mayor problema de los rebeldes es la falta de control y de unidad del mando y por tanto la organización de sus acciones.
Solamente unos mil rebeldes cuentan con entrenamiento militar.
Por eso, el máximo responsable del Pentágono, consideró que la oposición libia necesita entrenamiento y asistencia, pero Gates opino directamente que "otros deberían encargarse" de ello.
Defendió además la actuación del presidente de EEUU, Barack Obama, ante el Congreso, que se ha quejado de que tiene que informarse a través de los periódicos sobre la intervención.
El coste de la operación asciende de momento a unos 550 millones de dólares y requerirá 40 millones al mes, a partir de este momento, dijo Gates.