La controvertida figura del general y su significación en la memoria histórica de Sevilla no merecían menos que ser plasmadas en una obra de teatro en la que se hiciera un recorrido por las principales etapas de su vida (incluida la del golpe militar en Sevilla y el posterior periodo discurrido entre 1936 y 1939) y en la que se resaltara su carácter de “golpista vocacional”, todo ello, además, con la escusa de demostrar que el poder corrompe y hace a las personas más perversas.
Así nació la producción Queipo, el sueño de un general. La idea, gestada en la cabeza del actor hispalense Antonio Dechent y plasmada por Pedro Álvarez-Ossorio, que también firma la dirección, llega de nuevo a Sevilla -fue estrenada en diciembre en el Teatro Central- avalada por el éxito entre el público y la crítica y después de girar por España y de tres representaciones en Santiago de Chile.
Según Pedro Álvarez-Ossorio, Queipo es “un personaje importante para Sevilla que se refleja por sí mismo y que había que recuperar”.
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Antonio Dechent, que representará a Queipo sobre las tablas del Lope de Vega, acompañado por Amparo Marín, Antonio Campos y Oriol Boixader (Franco y Cardenal Segura), logró zambullirse en las entrañas del personaje después de años de bucear en sus memorias: “Una vez que entendí su hambre de poder me hice con el Queipo íntimo, un personaje muy goloso y con muchos matices para un actor, ya que fue el primer militar en utilizar la radio para llevar a cabo una guerra psicológica”.
