Este resultado fue consecuencia de unos pagos que se situaron en 73.538 millones de euros, un 15% menos, mientras que los ingresos sumaron 49.406 millones de euros, lo que supone una caída del 13%.
En términos de caja, que computa los ingresos y gastos que efectivamente se han realizado durante el periodo, el Estado alcanzó un déficit de 23.495 millones de euros, inferior al déficit de 30.794 millones de 2010.
Los ingresos impositivos, que suponen el 92% del total, alcanzaron los 75.718 millones, un 4,2% más que un año antes.