Según diversos oficiales, el objetivo de los rebeldes es concluir las negociaciones y garantizar una entrada segura en la ciudad, sin un derramamiento innecesario de sangre.
Cientos de efectivos rebeldes se mantienen apostados desde hace días a las puertas de esta localidad situada a la entrada del gran desierto libio, cuna de la tribu Wafalla, una de las más grandes del país e integrada por clanes muy fieles al ex hombre fuerte de Libia, el coronel Muamar al Gadafi.
Algunas fuentes han apuntado que en su interior podría estar escondido el propio dictador o alguno de sus hijos. La eventual caída de Bani Walid, es contemplada por el mando militar rebelde como el punto de inflexión definitivo.