Los secretarios de Organización de CCOO y UGT, Antonio del Campo y José Javier Cubillo, han señalado hoy que el Ejecutivo tiene de plazo hasta la víspera de la huelga general para negociar y corregir la reforma laboral, por lo que "está en manos del presidente del Gobierno" que ésta se desconvoque.
Ambos representantes sindicales han entregado hoy en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) el acta de conciliación que abre el proceso de mediación previo la convocatoria formal de la huelga general.
Durante la entrega, Cubillo ha dicho que "el balón está en el tejado del Gobierno" y que si se atienden las propuestas de los sindicatos es posible que la huelga no se materialice.
También ha recalcado que convocar reuniones técnicas no es suficiente, porque a CCOO y UGT "no les interesan las fotos", sino la verdadera voluntad de negociar, algo que de momento no han encontrado.
En este sentido, Del Campo ha dicho que las dos cartas enviadas al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, han recibido como única respuesta el compromiso de que las propuestas sindicales serán estudiadas por los técnicos del Ejecutivo.
Con la entrega del acta de conciliación en el SIMA, CCOO y UGT han cumplido con el Acuerdo para la Solución Autónoma de Conflictos Laborales suscrito el 7 de febrero con las organizaciones empresariales, que obliga a la negociación hasta que la huelga se convoque formalmente.
El próximo viernes acudirán al Ministerio de Empleo para registrar la convocatoria de huelga general, aunque han subrayado que después de ese trámite aún habrá tiempo para la negociación.
Méndez dice que la huelga es un "envite" de toda la sociedad al Gobierno
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha afirmado este lunes que aunque la huelga general del 29 de marzo se pretenda presentar "como un pulso entre los sindicatos y el Gobierno", se trata de un "envite del conjunto de la sociedad española" para que se dé marcha atrás una reforma laboral cuyas medidas, ha advertido, no desaparecerán cuando acabe la crisis.
Méndez, en declaraciones a RNE recogidas por Europa Press, ha señalado que los sindicatos brindan a la sociedad española, de la que ellos forman parte, un cauce democrático para expresar su rechazo a una reforma laboral "con la que todo el mundo pierde": los jóvenes, los trabajadores de mayor edad, los temporales, los indefinidos, los parados, etc.
El líder de UGT ha asegurado que ha sido el Gobierno "quien ha provocado" el momento en el que se ha convocado la huelga y ha pedido al Ejecutivo que abandone el doble lenguaje que está manteniendo. "No se puede decir que esta reforma da oportunidades para crear empleo y luego se presenta un cuadro macroeconómico a Bruselas donde el propio Gobierno te reconoce que se van a destruir este año entre 630.000 y 650.000 empleos. Eso tiene que ver con la recesión, pero también con una reforma laboral que facilita el despido", ha añadido.
Méndez ha recordado que mientras el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, decía que la reforma laboral era "justa, necesaria y equilibrada", el ministro de Economía, Luis de Guindos, confesaba que era "extremadamente agresiva". "Pretenden convertirse en los discípulos más aventajados con este ajuste", se ha lamentado.
El dirigente sindical ha dejado claro además que las reuniones que mantienen con el Gobierno sobre la reforma laboral son de carácter técnico, por lo que no se trata de una verdadera negociación. "Todos los canales que nos brinden los vamos a aprovechar, pero siendo conscientes de que esto no resuelve el problema y que lo que se necesita es una verdadera negociación para no llevar adelante este desafuero", ha dicho.
Méndez cree que, en base a la experiencia, el Gobierno del PP acabará por echarse atrás, pues ya lo hizo en 2002, cuando se rectificó la reforma aprobada por José María Aznar. Además, ha subrayado que el Gobierno de Rajoy es el de las modificaciones y los cambios, ya que ha modificado "de manera vertiginosa" sus promesas electorales.
"Este Gobierno termina haciendo al final lo contrario de lo que dice, y por el rechazo social a estas medidas, al final tendrá que modificarlo como ya pasó en 2002, cuando una hubo crisis de gobierno y una modificación profunda de lo aprobado", ha explicado.
Méndez ve lógico que exista algo de miedo entre los trabajadores por secundar la huelga en unas circunstancias económicas como las actuales, pero ha recordado que esta reforma significa un "antes y un después" y que tras ese después no hay marcha atrás. "Para defender el futuro hay que superar ese miedo puntual de ese día", ha añadido.