En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el Supremo confirma el fallo dictado por el Tribunal Militar y considera probado que la soldado, una mujer boliviana de 24 años de edad, estaba destinada en el momento de los hechos en el Grupo de Abastecimiento con sede en Sevilla.
De este modo, en fecha no concretada del mes de febrero o marzo de 2009, la condenada aprovechó la limpieza de armamento para la que había sido destinada y sustrajo una de las cinco pistolas que le fueron entregadas a tal fin, concretamente una pistola con cargador.
Tras ello, la escondió en un mueble-estantería del local donde realizaba junto a otros compañeros las labores de limpieza, devolviendo las restantes al encargado del armero, quien le preguntó si estaban todas, a lo que la acusada contestó "que sí".
Al día siguiente, la imputada introdujo la pistola que había sustraído en una bolsa de basura y la depositó en un contenedor de la Unidad, todo ello mientras acudía a por su vehículo, en el cual sacó el arma del acuartelamiento.
Tanto la pistola como el cargador fueron halladas, dentro de una bolsa de plástico, en un descampado del polígono industrial Carretera Amarilla de Sevilla. El Grupo de Abastecimiento donde estaba destinada la acusada tenía a su cargo hasta 25 pistolas, añade el fallo, que rechaza que se haya vulnerado el derecho a la presunción de inocencia de la procesada, ya que ésta se conformó con la pena impuesta.