La Unión Europea considera que España no hace lo suficiente para luchar contra los métodos a través de los cuales se financian los grupos terroristas. Así se desprende del hecho de que la UE haya denunciado a España ante el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea por no haber adaptado sus leyes nacionales a las normativas relativas a la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Se trata de una normativa que se comenzó a elaborar tras el atentado de las Torres Gemelas y cuya conclusión se aceleró tras la matanza de Madrid. El plazo dado para adaptar lalegislación a la directiva 2005/60 CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de octubre de 2005, acababa en diciembre de 2007. En vistas de que ha transcurrido más de un año sin que el Gobierno español haya hecho sus tareas para converger con Europa en este delicado asunto ha motivado la denuncia de la CE.
Viene a colación de este lamentable tirón de orejas que recibe España de la Unión Europea una de las críticas más duras que se le ha realizado al Gobierno por la participación de las franquicias políticas de ETA en las pasadas elecciones municipales: con la llegada a las administraciones públicas del PCTV y de ANV, los sectores de la oposición más críticos con el Ejecutivo Zapatero interpretan -y no es difícil llegar a la misma conclusión-, que la banda terrorista etarra (porque según el Supremo ambos partidos políticos y ETA son la misma cosa) tiene acceso a fondos económicos -además de información privilegiada-, de los que puede disponer a su libre albedrío.
Aunque la Unión Europea no entra a analizar en detalle la cuestón etarra, lo cierto es que la denuncia formulada contra España viene a coincidir con las críticas anteriormente descritas en el hecho de que el Gobierno español podría tomar decisiones más contundentes en la lucha contra el terrorismo. Y no lo hace. Podría suprimir el permiso parlamentario para negociar con ETA, pero ahí prosigue.
Si el Gobierno y la Fiscalía General del Estado hubieran actuado de manera más firme contra ANV para que no hubiera participado en las elecciones municipales, no sería necesario ahora escenificar un unánime rechazo cuando los miembros de ANV no condenan los atentados etarras.