La Corte Penal Internacional (CPI) abrió ayer el primer juicio de su historia y describió el horror, el miedo y las secuelas de los niños que fueron reclutados en la República Democrática de Congo por el líder rebelde Thomas Lubanga, que es el primer acusado de ese tribunal con sede en La Haya.
El fiscal Luis Moreno Ocampo abrió sus alegatos asegurando que entre 2002 y 2003 Lubanga “cometió uno de los crímenes más serios (...): crímenes contra niños”.
Moreno Ocampo denunció ante los jueces que estos niños de la etnia Hema tuvieron que empuñar un arma a edades tan tempranas como los nueve años.
Los fiscales explicaron que Lubanga exigía a cada familia de la etnia Hema que aportara un hijo para su milicia que “fuese capaz de transportar un arma”.