El importe destinado a este fin se recoge en el capítulo 21 de los Presupuestos Generales del Estado, y prevé actuaciones en la prisión en lo que se refiere a tareas de albañilería, estructuras, cemento, alicatado, pintura, material de cerrajería y ventanas. De igual modo, se recoge en esta lista el mantenimiento de los equipos informáticos, así como el saneamiento de los módulos o el mantenimiento de la maquinaria y vehículos.
Recortes
De igual modo, los usuarios de la cárcel, tanto funcionarios como internos, tendrán que afrontar este año una política de ahorro en lo que se refiere al consumo de suministros -luz, agua, gas-, ya que el recorte presupuestario para estos fines también se ha reducido considerablemente. De los 2.100.000 euros que se gastaron el año pasado, habrá que llegar a un máximo de 1.842.000 euros. En esta partida no sólo van incluidos los suministros, sino también todo el gasto en material de oficina -fotocopias, prensa, revistas, material informático y ofimático, elementos de transmisión, vestuario, ropa y calzado.
El director de la prisión comentó también que la medida afectará en menor o mayor medida a los gastos en productos farmacológicos -prótesis dentales, reactivos de laboratorio-, así como en material didáctico y cultural.
Hay que recordar que, pese a esta reducción de gastos, la población penitenciaria sigue subiendo. A día de ayer, eran poco más de 1.760 presos, “unos 100 más que en las mismas fechas del año pasado”, señaló Márquez, quien se mostró resignado a “intentar trabajar más con menos”.