El Tenerife empató a domicilio ante el Rayo Vallecano en un encuentro en el que los locales demostraron ser aspirantes a Primera durante la primera mitad...
Rayo 0 Tenerife 0
—Rayo Vallecano—Cobeño; Albiol, Salva, Tena, Coke; Collantes (Collantes, min. 54), Enguix, Diamé (Míchel, min. 63), Jofre; Piti (Rubén Reyes, min. 79) y Pachón. —CD Tenerife—Luis García; Marc B, Martínez, Ezequiel Luna, Sicilia; Juanlu (Ángel, min. 81), Richi, Ricardo, Kome (Clavero, min. 75); Alfaro (Ayoze, min. 88) y Nino. Árbitro: Pérez Montero (Colegio Andaluz). Expulsó Marc Beltrán en el minuto 73 por parte del Tenerife. Igualmente, amonestó a Jofre y Míchel por parte de los locales, y a Juanlu y Sicilia por parte de los visitantes. Incidencias: Encuentro disputado en el estadio Teresa Rivero ante unos 15.000 espectadores.
El Tenerife empató a domicilio ante el Rayo Vallecano en un encuentro en el que los locales demostraron ser aspirantes a Primera durante la primera mitad, aunque se quedaron sin fuelle en la segunda y quedaron a merced de un rival que demostró aptitudes de un equipo de entidad superior.
Había mucho en juego sobre el césped del Teresa Rivero y eso se notó en ambos equipos. No en vano, los tres puntos se decidían entre un líder a domicilio con ganas de poner distancias ante sus perseguidores y un Rayo Vallecano que jugaba con su estadio lleno y con la intención de quedarse por fin en puesto de ascenso.
Ante esta disyuntiva son muchos los que prefieren cerrarse atrás y dejar hacer para aprovechar las ocasiones que se tengan, pero lejos de idearios italianos, ambos equipos buscaron el gol desde el principio y las ocasiones fueron frecuentes durante todo el encuentro.
Los primeros minutos fueron de pugna entre ambos conjuntos para controlar el balón, para que finalmente éste cayera del lado local.
Pero Oltra apremió a los suyos a tapar las salidas por las bandas del Rayo y buscar más el juego conjunto del equipo. Así, los últimos minutos de la primera parte fueron de acoso insular, con ocasiones de Alfaro, que envió una falta a la base del poste izquierdo de Cobeño, con una magnífica intervención del meta.
Sin embargo, pese a todo lo vivido en la primera parte, en la segunda se notó la diferencia de físico de ambos equipos, y al Rayo le costó continuar con su vocación atacante. Desapareció del campo y fue el Tenerife el que se hizo con el balón. Llevó la iniciativa y el sufrimiento a la grada, puesto que Cobeño se erigió como el héroe de su equipo.