Según fuentes del Ministerio de Interior egipcio, funcionarios de ambos países intentan encontrar una solución a esta crisis, que estalló la semana pasada.
Las negociaciones se están centrando en que las autoridades libias acepten el pago de los 500 dinares libios de multa (unos 398 dólares) en la frontera entre ambos países y que no obligue a los inmigrantes a desplazarse hasta Trípoli para abonar la sanción por entrar al país de manera ilegal.
Libia introdujo recientemente una nueva ley para regular la entrada de extranjeros en el país, que obliga a los ciudadanos árabes a solicitar un visado para viajar a Libia, un requisito nuevo.
Según la prensa en Egipto, el ministro de Exteriores de este país, Ahmad Abul Gheit, ha ordenado que se aborde sin dilación este asunto.
Se calcula que cerca de un millón de egipcios trabajan en la vecina Libia.