Los fallecidos fueron identificados como Jason Swindlehurst, de Skelmersdale (norte de Inglaterra), y Jason Creswell, de Glasgow (Escocia).
Swindlehurst y Creswell eran dos de los cuatro guardaespaldas que protegían a Peter Moore, un consultor informático de Lincoln (este de Inglaterra), cuando los cinco fueron secuestrados en mayo de 2009.
“Seguimos haciendo todo lo que podemos para lograr la liberación segura de los otros rehenes”, subrayó una portavoz del Foreign Office.
La portavoz, que no precisó ni cuándo ni cómo murieron los dos británicos, empleados de la empresa canadiense GardaWorld, indicó que las familias de los difuntos han sido informadas “con gran pesar”.
Los secuestradores habían asegurado previamente que Swindlehurst se suicidó en mayo de 2008, pero su familia mantiene que “Jason no es ese tipo de chico”.