El diputado socialista y expresidente del Congreso Patxi López ha hecho un llamamiento al PSOE para reconstruir el partido y renovar su proyecto político para adaptarlo a los nuevos tiempos y apuesta por un modelo para lograrlo que parta de la base de localizar a "los suyos" y poner nombre a quienes quiere defender.

"No podemos convertirnos en nuestros propios enemigos. Es hora de reconstruir el partido, de restañar heridas y buscar la fuerza de la unidad, pero también de renovar nuestro proyecto. El mundo ha cambiado, los problemas son diferentes y nuestras viejas respuestas han quedado anticuadas", señala en un artículo publicado en la edición de este sábado en el diario 'El País'.

En el texto, recogido por Europa Press, López apuesta por un nuevo proyecto para un nuevo siglo --el título del artículo-- para superar el "espectáculo" protagonizado por el PSOE y llama a reflexionar sobre cuatro grandes aspectos: a quién defiende el partido, la reforma de la Administración Pública, la necesidad de participar en la economía y, finalmente, definir un modelo de Estado.

En cuanto al primer punto, el exlehandakari parte de la base de que el PSOE debe definir quienes son "los suyos". "Decir que defendemos a la ciudadanía es la prueba de que no sabemos quiénes son los nuestros. Esta es una afirmación que puede chocar, pero un partido democrático defiende a los suyos y, a la vez, defiende la democracia como sistema de negociación entre diferentes con intereses contrapuestos", argumenta.

Los socialistas deben hacer el esfuerzo "de poner nombre a los que queremos defender y definir sus intereses", se responde a sí mismo, para apuntar a "un amplio colectivo que ha quedado fuera del bienestar, los que ven la sociedad actual desde la parte exterior de las murallas de los grupos sociales que mantienen un relativo confort".

El ex presidente vasco considera necesario también definir un modelo de Estado moderno y "repensar" el concepto de soberanía porque, recuerda, "la nación como concepto de sociedad cohesionada por una identidad común ya no existe".

"Hoy no hay ningún ámbito en los países europeos que tenga soberanía absoluta", señala López, quien defiende que "tan plurales, en lo identitario, son Cataluña o Euskadi en sus propias sociedades como lo es España en su conjunto".

DIVERSIDAD DE IDENTIDAD INTERNA

"Los socialistas debemos defender la construcción de un nuevo modelo europeo con la participación de todos, cediendo soberanía a la Unión y buscando la subsidiariedad en los niveles inferiores. Lo mismo que debemos defender el autogobierno, no como herramienta para enfrentarse a la Administración central, sino como instrumento ideal para garantizar sociedades abiertas desde el respeto a la diversidad de identidad interna de cada una de ellas", argumenta.

Igualmente, López llama a una reforma de la Administración Pública que, actualmente, "tiene mucha grasa" y "consume muchos recursos" para apostar por una vuelta a la austeridad como "una virtud" que debería ser reclamada por la izquierda. En esta línea, considera que Sanidad y Educación, los "sagrados" servicios públicos para el PSOE, deben ser la prioridad en el gasto.

Paralelamente, plantea aumentar los ingresos y unos recursos públicos que alcancen el 50% del PIB y, en esta línea, se muestra partidario de "incrementar unos cinco puntos los ingresos, a cargo, fundamentalmente, de las rentas del capital" y por hacer una reforma profunda del sistema fiscal "para corregir las perversiones del modelo actual, basado sobre todo en las rentas del trabajo y en los impuestos indirectos, porque es radicalmente injusto".

En cuanto a la participación en la economía, el expresidente del Congreso aboga por "poner el capital a trabajar" y acabar "con la economía meramente especulativa que no genera riqueza sino que vampiriza la riqueza colectiva". "Es hora de que la política recupere la primacía, no sobre la totalidad de la economía, que es cosa compleja y sería imposible, sino sobre los poderes especulativos", defiende.

Finalmente, López hace un llamamiento a la unidad de la izquierda para acabar con "todos los dogmas que desde el neoliberalismo" se están "imponiendo como si fueran, no solo verdades absolutas, sino el único camino posible en un mundo globalizado". "Es radicalmente falso. Hay un camino diferente, más solidario, de progreso colectivo. Pero tenemos que demostrarlo, socializarlo y buscar complicidades ciudadanas", concluye.