La situación es especialmente alarmante en la región sureña de Guangxi, donde el presidente Wen Jiabao ha intervenido directamente y ha pedido a las autoridades locales que garanticen la seguridad del pueblo, después de que las aguas destruyeran una sección de 13,5 metros de un dique cerca del embalse de Kama, en el distrito de Luocheng, donde 7.500 residentes río abajo han sido evacuados ante el peligro de que la presa se derrumbe.
Las inundaciones están afectando a ciudades muy turísticas de la región, como Guilin y Hechi, donde se están llevando a cabo labores de urgencia.
La agencia China News Service informó de que al menos 2.800 viviendas de Guangxi han quedado destruidas, con lo que 144.000 residentes han tenido que ser evacuados en toda la región.
Los niveles de algunos ríos de Guangxi son los más altos desde 1998, cuando las inundaciones provocaron 3.600 muertes en toda China, según la televisión estatal CCTV.
En la vecina provincia de Jiangxi dos personas murieron y una tercera desapareció el viernes, con 80.000 evacuados después de que las aguas arrasaran 5.600 viviendas.
Pero también las localidades de Yongchun y Quanzhou, en la provincia costera de Fujian, están afectadas, con dos mineros y tres niños muertos tras inundarse un pozo; en Cantón, sur, las aguas han provocado avalanchas de barro en las que han muerto dos obreros.