El Gobierno iraquí anunció ayer que las elecciones provinciales se celebrarán el próximo 31 de enero, cuando se volverá a definir el mapa político del país al repartirse importantes cargos regionales.

 

Además, podría ser un paso importante hacia la reconciliación de grupos rivales, algunos de los cuales se quejan de tener una escasa representación política.


El portavoz del Gobierno, Ali al Dabbagh, anunció la fecha de los comicios, cuya celebración será posible gracias a una ley que aprobó el Parlamento el pasado mes de septiembre.

 

Esta cita electoral dará pistas sobre el posible resultado de los comicios nacionales que se celebrarán, previsiblemente, a finales del próximo año.

 

La lucha por los votos en el sur de Irak estará entre las facciones chiíes, mientras que en norte los kurdos rivalizarán con los árabes. Los árabes suníes, reclamarán una porción mayor del poder.

 

La votación podría resultar en un aumento del poder para los líderes tribales que ayudaron a expulsar a los milicianos de Al Qaeda de las zonas de población suní, en detrimento de los partidos políticos suníes tradicionales.