El Gobierno asume que el escenario político ha cambiado, en particular tras el congreso del PdeCAT y la advertencia de la nueva dirección de que endurecerá su posición en el Congreso, pero está decidido a mantener su rumbo y trabajar para agotar la legislatura.
Fuentes gubernamentales han admitido este martes que la situación es compleja, pero se toman el escenario como una carrera en la que hay que ir salvando obstáculos, de manera que el Ejecutivo seguirá trabajando.
En cuanto a la nueva dirección en el PP, encabezada por Pablo Casado, lo cierto es que el Gobierno ya daba por hecho que será muy difícil contar con su apoyo. Con todo, el pasado viernes, tras el Consejo de Ministros y antes del cónclave 'popular', la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, apeló al PP a no vetar la senda de déficit con su mayoría absoluta en el Senado con el argumento de que eso restará recursos a las comunidades autónomas.
El líder socialista, Pedro Sánchez, cuyo partido cuenta solo con 84 diputados en el Congreso, llegó a la Moncloa con una moción de censura que contó con el apoyo de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, PNV, ERC, PDeCAT, Compromís, Nueva Canarias y Bildu, un total de 180 diputados, cinco por encima de la mayoría absoluta.
Ahora, la nueva dirección del PDeCAT, encabezada por David Bonheví y la diputada en el Congreso Miriam Nogueras, han adelantado que el partido será más exigentes con el Gobierno para brindarle el apoyo de sus ocho diputados y que reclamarán avances en el derecho a decidir o en el encontrar una solución política para el independentismo en Cataluña.
La elección de la administradora única provisional de RTVE, Rosa María Mateo, y la votación de la senda de déficit son las próximas 'pruebas' que el Gobierno tiene que pasar en el Congreso de los Diputados.