Vox ya adelanta que sería "un escándalo sin precedentes" que su formación fuera excluida de la composición de la nueva Mesa del Congreso pese a ser la tercera fuerza parlamentaria de la Cámara tras las elecciones generales del 10 de noviembre.
El próximo 3 de diciembre, cuando se constituyen la nueva Cámara surgida de las elecciones generales del pasado 10 de noviembre, la primera tarea que tendrán sus señorías será elegir al presidente y al resto de miembros de la Mesa: cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios.
Tanto el PSOE como Unidas Podemos buscaron aislar a Vox en la anterior legislatura y promovieron su ubicación en el 'gallinero' del hemiciclo y su exclusión de los órganos de gobierno de la Cámara, pero ahora el partido que tachan de ultraderecha ha subido a 52 escaños y para impedirles formar parte de la Mesa del Congreso necesitarían sumar a formaciones nacionalistas e independentistas, o bien contar con la complicidad del PP.
CON 52 ESCAÑOS ES MÁS DIFÍCIL VETARLES
Desde la dirección de Vox aseguran a Europa Press que ese veto sería un "escándalo" que no tendría precedente en el Congreso, pues no se recuerda que un partido con más de 50 escaños se quedase fuera del órgano rector de la Cámara.
Al margen de la Presidencia del Congreso, donde al final sólo gana la persona más votada, tanto las cuatro Vicepresidencias como las cuatro Secretarías se eligen en sendas votaciones secretas mediante papeleta en urna, por lo que, para superar a los 52 votos de Vox hay que reunir al menos 160 votos lo que supone que PSOE y Unidas Podemos sumen a buena parte de las fuerzas nacionalistas e independentistas, o bien atraer al PP a esa operación.
El PP no quiso aplicar a Vox ese 'cordón sanitario' en las comisiones parlamentarias de la pasada legislatura, y posibilitó que ocuparan puestos en las mesas, y ahora no parece que vayan a cambiar de criterio. El Grupo Popular, con sus 88 diputados, tiene aseguradas una Vicepresidencia y una Secretaría de la Mesa, como poco.
ABASCAL HABLARÁ CON CASADO "ESTOS DÍAS"
El propio presidente del partido, Santiago Abascal, ha admitido este miércoles en el Congreso que no le sorprende que algunas fuerzas pretendan aplicarles "un cordón sanitario" en la Cámara Baja pese a que Vox, ha dicho, es una formación que "defiende el orden constitucional, la separación de poderes y que plantea que las reformas constitucionales se hagan a través de los mecanismos de reforma" establecidos.
Aprovechando su presencia en sede parlamentaria para presentar sus credenciales, a Abascal se le ha preguntado si ya ha hablado sobre los puestos en la Mesa con el presidente del PP, Pablo Casado, pero el líder de Vox se ha limitado a señalar aún no ha tenido oportunidad de hacerlo, pero que prevé conversar con él sobre este asunto "estos días".
Al margen de cuál sea la postura del PP en la negociación de los sillones de la Mesa del Congreso, fuentes de Vox han avanzado a Europa Press que pelearán por los sillones que creen que les correspondería en este órgano incidiendo en que si finalmente se quedan fuera, llevarán el asunto al Tribunal Constitucional para que dirima.