El tercer helicóptero siniestrado, en una acción reivindicada por los talibanes, había participado en una operación conjunta contra un supuesto escondite de insurgentes implicados en “actividades relacionadas con el tráfico de drogas en el oeste” afgano, informó la ISAF.
Cuando la fuerza conjunta estaba abandonando el área, donde una docena de insurgentes murieron en el combate, “un helicóptero se cayó por razones sin confirmar”, según la fuente.
En un comunicado posterior, la ISAF confirmó la muerte de siete soldados y tres civiles estadounidenses en el siniestro, que también causó heridas a 14 soldados afganos y once norteamericanos, así como a un civil de esta misma nacionalidad. “No se cree que la causa sea una acción enemiga”, dijo escuetamente la fuerza de la OTAN.