El Banco de España estima que el crecimiento del PIB podría aumentar en 1,3 puntos porcentuales en 2021 y, adicionalmente, en otras dos décimas en el promedio de 2022 y 2023, gracias a los fondos de la UE que España recibirá por un importe aproximado de 77.000 millones de euros, por lo que el organismo rebaja a la mitad el impacto de 2,6 puntos estimado por el Gobierno para el año que viene.
De esta forma, el impacto conjunto para los tres primeros ejercicios (2021-2023) que estima el Banco de España se aproximaría a 1,8 puntos porcentuales, mientras que el Gobierno estima 2,6 puntos cada uno de los tres años, es decir, 7,8 puntos en total, cuatro veces más que lo calculado por la autoridad monetaria.
En la actualización de sus últimas previsiones económicas para el país, el Banco de España, que admite la dificultad de estimar el impacto de los fondos, afirma que la estimación del Gobierno (2,6 puntos porcentuales en 2021 y en una cuantía similar en el promedio del período 2021-2023) se sitúa en la "parte alta del rango de estimaciones empíricas disponibles".
Así, el Banco de España afirma que el menor impacto que estiman ellos de estos fondos respecto a los pronósticos del Gobierno radica en los supuestos acerca "de un menor grado de absorción de los fondos y un multiplicador fiscal más reducido (0,9 por parte del Banco de España y 1,2 por parte del Ejecutivo).
De hecho, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha explicado que el organismo estima un grado de absorción de los fondos del 82%, frente al 100% del Gobierno y el 70% de la media histórica en España. A corto plazo, para 2021 ha indicado que se podría ejecutar el 100% del gasto corriente, pero solo el 70% del gasto en inversión programado, debido a la mayor complicación de la puesta en marcha de los proyectos de inversión.
En cualquier caso, Arce ha apuntado que es "relativamente natural" que no se conozcan los detalles de todos los proyectos, ya que el Gobierno tiene de plazo hasta el mes de abril para remitir la concreción de los mismos a Bruselas. Además, considera que un cierto retraso en la aplicación de los fondos no tiene por qué ser negativo si se gasta más en los siguientes ejercicios y si se es más selectivo en los proyectos.
La autoridad monetaria destaca que la publicación de los Presupuestos de 2021 ha permitido "acotar significativamente la incertidumbre" en cuanto al tamaño, calendario y composición de los proyectos que se han de ejecutar con los fondos de la UE, a lo que ha contribuido, además, la reciente iniciativa de centralizar en el Consejo de Ministros la planificación del gasto, simplificar los procedimientos de contratación administrativa y acortar los plazos de resolución de aquellos.
No obstante, advierte de que existen todavía diversos factores que dificultan la cuantificación del impacto de estos planes sobre las cuentas públicas y el crecimiento, como es, por ejemplo, la elevada dimensión del programa, que carece de referencias históricas comparables en España.
IMPACTO "RELATIVAMENTE REDUCIDO" DEL 'PLAN E'.
En este sentido, afirma que el "precedente más cercano" sería el Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo, conocido como 'plan E', por el que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero transfirió fondos a las corporaciones locales en respuesta a la crisis de 2008 por una cuantía de 1,2 puntos del PIB para ejecutar inversiones públicas durante el bienio 2009-2010.
Según el Banco de España, este plan se ejecutó en una coyuntura
que guardaba "ciertas similitudes" con la actual, con un grado relativamente reducido de utilización de la capacidad productiva y un tono "muy acomodaticio" de la política monetaria, a pesar de lo cual se estima que su multiplicador sobre la actividad y el empleo fue "relativamente reducido".
EJECUTAR UN VOLUMEN ELEVADO DE INVERSIONES EN POCO TIEMPO
Asimismo, afirma que existe una "elevada incertidumbre" sobre la capacidad de las administraciones públicas y el sector privado para ejecutar proyectos de inversión por un volumen tan elevado en unos plazos tan cortos como los anunciados, y recuerda que, en promedio, tras los dos primeros años de los fondos estructurales, las administraciones españolas solo logran ejecutar proyectos por un montante en torno al 30% de los fondos, cifra que aumenta gradualmente hasta situarse en torno al 70% en el séptimo año, último ejercicio en el que se pueden adquirir compromisos de gasto.
Además, destaca que para alcanzar su máxima efectividad, la selección y la planificación de los proyectos han de ser "muy rigurosas", lo que puede resultar "particularmente complejo", dados el elevado volumen de recursos y los reducidos plazos, lo que se complica aún más teniendo en cuenta que, si bien el Estado coordinará la planificación del gasto, una parte muy significativa de su ejecución recaerá directamente sobre
las comunidades.
"Es posible, en todo caso, que una parte de estas incertidumbres se disipe a través de la concreción de los proyectos en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia, cuyo plazo de presentación concluye el 30 de abril de 2021 y que deberá ser evaluado por la Comisión Europea", señala el Banco de España.
OPORTUNIDAD ÚNICA
En definitiva, asegura que los fondos de la UE son una "oportunidad única" para potenciar la recuperación económica tras la pandemia y al mismo tiempo lograr una transformación estructural de la economía, si bien la maximización de esos efectos dependerá de que se logre sacar el mayor partido posible al programa, lo que depende a su vez de que los recursos sean asignados mayoritariamente a proyectos con un impacto elevado sobre el capital humano y tecnológico de la economía.
De ser así, añade, los multiplicadores del gasto podrían ser mayores que los considerados en los escenarios macroeconómicos. Si a ello se sumara la posibilidad de que las administraciones españolas pudieran absorber la totalidad de los fondos disponibles, el impacto sobre el crecimiento de la economía podría ser más elevado que el incluido en estas proyecciones, concluye.