La XIX Cumbre Iberoamericana que se celebra en Estoril intenta conciliar las divergentes posturas que hay en la región sobre la legalidad de las elecciones celebradas el domingo en Honduras tras el golpe de Estado.
Los comicios hondureños han dividido a los países iberoamericanos, entre aquellos que reconocen el proceso y los resultados y los que han anunciado que no lo harán, debido a que se celebraron sin que antes se restituyera en el cargo al jefe de Estado, Manuel Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde septiembre.
Portugal, como anfitrión de la reunión, ha aceptado la tarea de intentar redactar un documento en el que la Cumbre Iberoamericana pueda plasmar algún tipo de consenso en relación a las elecciones.
Sin embargo, el ministro de Exteriores luso, Luis Amado, reconoció que existen “dificultades” para alcanzar coincidencias, pues la situación política de Honduras divide a los gobiernos.
Aunque Colombia y Panamá han reconocido ya las elecciones hondureñas, países como Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela están en contra de legitimar los comicios.
España, que condenó el golpe y exigió la restitución de Zelaya, aboga por un “gran acuerdo nacional” en Honduras como único camino para lograr una “paz democrática” en ese país, según dijo en su intervención ante el resto de gobernantes iberoamericanos, el jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente del Gobierno español también reclamó “un gran consenso” para que Honduras sepa que la comunidad iberoamericana está dispuesta a tener “una posición constructiva” basada en principios democráticos irrenunciables.
Pero Brasil se mantiene, en principio, firme en su postura, aunque ayer dio indicios de que “algunos gestos” de Porfirio Lobo, vencedor de las elecciones, podrían permitir una revisión de la misma, según el asesor para asuntos internacionales de la Presidencia, Marco Aurelio García.
En el extremo opuesto, el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, fue el primero en felicitar al conservador Porfirio Lobo por su victoria, y le invitó a “iniciar un proceso de reconciliación y unificación del pueblo hondureño”, a través de un gobierno de unidad nacional.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, calificó de “inobjetable” el proceso electoral hondureño y anunció que reconocerá el nuevo Gobierno.
Uribe considera que en Honduras “se ha dado un proceso democrático”, con “alta participación” y “sin fraude”.
El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, intenta convencer a los Jefes de Estado y de Gobierno que participan en la Cumbre de Estoril de la conveniencia de “reconocer al nuevo gobierno” de Honduras, según dijo el mismo a la prensa.
Arias consideró que con la celebración de las elecciones “hoy amanecimos con una nueva realidad” y que la alta participación en los comicios “demuestra que el pueblo hondureño acudió a las urnas porque quiere ver si puede pasar página del golpe de Estado”.
Otro representante de Centroamérica, el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, deseó que “la nueva situación” de Honduras después de las elecciones del domingo acabe con “el restablecimiento de la democracia y del orden constitucional”.
Entre los países que mantienen una posición más firme contraria legitimar las elecciones, está Argentina, cuya presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, calificó de “casi un simulacro” los comicios, que dijo se celebraron “en el marco de la más absoluta ilegalidad democrática”.
Para el presidente de México, Felipe Calderón, la celebración de las elecciones no es suficiente para el restablecimiento del orden constitucional y advirtió del “retroceso” de la democracia en América Latina.
En su discurso ante el plenario, Calderón dijo que México exige el restablecimiento del orden constitucional en el país centroamericano.
Según la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, los comicios “no pueden ser invocados para legitimar el golpe de Estado”, a la vez que instó a los dirigentes del país centroamericano a restablecer el orden democrático.
Bolivia y Paraguay también reafirmaron su posición de no reconocer el proceso electoral en Honduras. Otros países muy contrarios, como Venezuela o Cuba, no están representados en la reunión de Estoril por sus presidentes, que no han acudido.